Los bosques de Lugo tienen caminos anchos para que la historia se mueva libre a través de los castaños y las ruinas de los castros. A los lados, la historia ha levantado muros de musgo y al amanecer los rayos de sol chocan contra la niebla que provoca el rocío. El frío te cala los huesos, pero entonces empiezas a caminar y puede que al principio, en el silencio del bosque, aún pienses en lo que dejaste algún día antes: en tu trabajo, tus vecinos o tu hipoteca… pero no dura mucho. No pasa mucho tiempo antes de que lo único que escuches sean tus pasos, algunos pájaros o el sonido de las castañas al caer al suelo.
No mucha gente habla mientras camina y si lo hace el idioma es lo de menos, todo el mundo se entiende y, sobre todo, comparte lo que hace.
Aparecen ampollas, tendinitis, heridas… la cara se quema por el sol de los claros y el bosque cambia, aparecen eucaliptos y el clima se hace más suave según te acercas a Finisterre. Durante miles de años la gente ha recorrido los mismos caminos en un viaje hacia el final de la tierra (de puente a puente, de oca a oca), hacia la muerte espiritural y el renacimiento. Da igual quién lo hiciera: celtas o romanos iniciados en el culto de Isis, suevos atraídos por un rumor ancestral que les hizo recorrer media Europa o cristianos venidos por devoción.
Quizá seas un jubilado alemán o un turista gastronómico. Da igual, por allí, durante milenios, ha caminado el mismo espíritu.
Finalmente, en Finisterre, puedes observar algo grande. El lugar no es especialmente bonito, pero es casi único. La forma de la península permite que, asomado a la punta final de la tierra, puedas ver completo el ciclo solar. El sol saldrá por tu izquierda, sobre el mar, y recorrerá todo el arco hasta ponerse a tu derecha, de nuevo sobre el mar. Allí, con el sol y el viento curtiendo tu cara, muchos aprovechan para quemar ropas que les han acompañado durante el viaje en un acto simbólico de purificación.
Si peregrinas y ves el mar arder, si ves el rayo verde en el momento del solpor, ya nunca serás el mismo.