El frío que dejas cuando te vas.

Sabía que ahora tendría que enfrentarme a la misma cama en la que horas antes habíamos tenido sexo de reconciliación definitiva, a las mismas sábanas que habían escondido nuestra desnudez, pero no me importaba. Porque no había mejor manera de dormir que con el olor de su pelo en mi almohada. (Tal vez esté mintiendo porque olvidaba la excepción de compartirla.) Nada más rozar el colchón comencé a recordar las palabras que se habían hecho eternas esa tarde.
-¿Te gusta la sensación de sentir que soy tuya? -Le pregunté entre susurros. -Me encanta. -Contestó con sinceridad dentro de mí.-Pues vas a sentirlo durante mucho tiempo. -Se lo susurré al oído con toda la dulzura que pude ponerle a mi respiración ahogada.Él sonrío y fue la sonrisa más bonita que había visto jamás.-Aunque no me veas siempre estaré al borde de tu cama -Pronunció lentamente entre mis labios. Esa tarde nos hicimos eternos.

Hola, siento el abandono, a falta de tiempo y fotos os dejo ésta de año nuevo, últimamente los exámenes me comen. Gracias por el nuevo récord de comentarios a mis entradas, de verdad, estoy alucinando con la de gente nueva que entra últimamente, gracias de verdad. Tenía que decir que todavía no hay entradas de ropa para nadie porque tengo cinco votos (faltan tres más).Vuelvo a insistir en que quiero crear un grupo de wa de bloggeros/as y ya  tengo dos personas que están dispuestas a colaborar. Animaros, jo. Este puente me reactivo en cuanto a comentarios y novedades :)Os echa de menos, M.