Revista Talentos

El Fumera

Publicado el 24 diciembre 2010 por Chimos

El Fumera Hoy en la oficina estuvimos hablando de nuestras manías a la hora de hacer cagar el tió donde lo ponemos, que le cantamos, cuando a veces solo hacen pedos, cuando caga más de una vez, cosas típicas del día antes. Comentamos lo que recordamos de pequeños y yo indiqué que de pequeña no le conocí, ni al Tió, ni al Fumera.
Curiosamente mis compañeros no saben quien es el Fumera, quizá sus hijos aun son demasiado pequeños, quizá es que trabajo lejos de casa…

El Fumera es un “espia” de los Reyes Magos que todo lo ve, todo lo oye y todo lo dice. Se trata de un ser mágico del folklore popular de la Cataluña Norte y de buena parte de la provincia de Girona (donde vivo resido)

Se llama Fumera porque parece ser que entra y sale por la chimenea de la casa o por los patios de luces de los pisos, como el humo de la chimenea o la cocina (humo en catalán es fum, fumera podría traducirse por humareda).

Se dice que tiene dos orejas a cada lado, siete ojos en la cabeza, cuatro delante y tres detrás, y uno en su dedo índice, que puede alagar un montón para ver, sin ser visto, los rincones más escondidos de la casa. En plan gran hermano, jeje. Este duendecillo, que así me lo imagino, tiene por misión vigilar a los niños, anotar cuando se portan mal y pasar el parte a los reyes magos porque en función de eso dejarán más o menos regalos y más o menos carbón el día de reyes, vamos que hacía de espía de Sus Majestades explicándoles si los niños habían sido buenos y por lo que cuentan mis peques también qué regalos les haría más ilusión. Parece ser que recientemente también se comunica con el Tió y es por eso que algunas veces le chiva lo que han puesto en la carta a los reyes y el Tió lo trae primero, así pueden jugar con ello durante todas las vacaciones.
He leído que antiguamente, en algunos lugares de la Costa Brava los padres construían y colgaban un muñeco de ropa en algún lugar de la casa, haciendo creer que había entrado por la chimenea y que estaría con ellos hasta la vigilia de Reyes. En otros casas, el Fumera aparecía sólo en momentos de tensión familiar navideña provocada por los más pequeños. En algunas casas y escuelas se representa por medio de ojos distribuidos por las paredes. Gran hermano total. A mí cuando me lo presentaron mis hijos me dio bastante mal rollo, es como aquello de tienes que hacer esto porque sino los reyes no te traerán nada, o peor te traerán carbón. Mi hijo siempre le insistía tienes que hacerlo porque te está viendo el Fumera. A mi chantajes los justos, cuando les preguntan a los niños si se portan bien, si ayudan en casa o cosas por el estilo me doy cuenta de cuanto ha cambiado el cuento. Mis hijos, mi pareja, no me han de ayudar en casa, la casa no es mia, todos colaboramos, unos más y otros menos, cada edad tiene sus tareas y que no las hagan conlleva unas consecuencias, aunque se porten mal tendrán su regalo de Reyes, si no hacen sus tareas será mamá chillona la que tome medidas y no se espera a enero.

El Fumera, que todo lo ve y todo lo sabe, le dice muchas veces a los Reyes cosas que nos gustan o que necesitamos pero que no hemos apuntado en la carta y por eso nos lo han traído. Vamos, que el que no se consuela es porque no quiere.

En su momento me pareció un recurso que los profes se habían sacado de la manga para tenerlos quietecitos en la clase, pero parece ser que tiene algo de historia. El que tenga más curiosidad que se compre el cuento.

Feliz Navidad!!


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