Foto: Internet
Saltó de la olla y se quedó enganchado al fogón,
se estaba quemando, no tenía salida, alli nadie
iba a verle.
La dueña de la casa puso el cocido y marchó,
debía estar mirando algún programa del corazón
espachurrada en el sofá...y él achicharrándose...
Sus compañeros le echaron en falta al poco rato,
ya que era un garbanzo muy querido entre sus
colegas...
Temian asomarse, pero decidieron dar
saltos para que cayera agua y asi la dueña
aparecería por la cocina...y si, surgió efecto, pero
no por aparecer la señora sino porque el agua
apagó el fuego y el garbanzo, medio ahogado
pudo con gran esfuerzo, volver a respirar...
Poco le duraria el sosiego al pobre garbanzo,
al rato vino la mujer
y al ver el fuego apagado, retiró la olla, iba a
encender de nuevo el fuego, cuando vio el
garbanzo, alli, apoyado en el fogón, medio marrón,
chuchurrio...lo cogio y sin pensarlo dos veces lo
tiro a la basura...murmurando para sus adentros
(cada día me venden peor las legumbres)
¡¡¡Qué dura es la vida de los garbanzos!!!
Teresa