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El Gigante Gerión de Tartessos en un antiguo texto egipcio del Imperio Medio (1990 y el 1790 A.C.)

Publicado el 24 noviembre 2012 por Georgeosdiazmontexano @GeorgeosDiaz

Sí amig@s, aunque suene increíble, he descubierto lo que podría ser la más antigua referencia Gerión de Tartessos, del que las fuentes clásicas grecolatinas nos hablan y describen como un ser gigante. Pero esta nueva referencia no se halla en textos griegos antiguos, ni siquiera micénicos, sino en textos egipcios que han sido datados entre finales del Imperio Medio y principios del Segundo Período Intermedio, más concretamente entre las dinastías XI y XII, en los mismos tiempos en que comienzan a introducirse en Egipto los no menos misteriosos Hykussos o Hicsos. En número redondos, esta referencia puede ser datada, aproximadamente, entre el 1990 y el 1790 A.C.

 

El Gigante Gerión de Tartessos en un antiguo texto egipcio del Imperio Medio (1990 y el 1790 A.C.)

Detalle de la parte correspondiente con Iberia (el Sur hacia arriba). En el ángulo del suroeste de la península se observa a un ser gigante sentado, a la izquierda, junto al mismo, se aprecia con otro jeroglífico de un hombre sentado, el inicio del texto donde se le identifica como el ser gigante de "La Gran Voz" o "El Gritón", al igual que Gerión.

 

Como es sabido Gerión siempre fue descrito como un gigante, y su nombre, en griego, Garyonas o Geriones (Γηρυόνης > γηρύω), se traduce como “La Voz”, “El de Gran Voz” o simplemente como “El Gritón”. Pues justamente en uno de los más enigmáticos y poco conocidos textos egipcios (apenas editado por los mismos egiptólogos), escritos sobre un ataúd de las dinastía XI o XII, después de reconocer en el mismo un esquemático mapa de las regiones del “Más Allá” en la Duat (Reino del Anochecer) y el Amenti (Occidente), que por su forma coincide con el extremo occidental del Mediterráneo, el estrecho de las Columnas de Hércules (Gibraltar), Marruecos e Iberia por ambos lados, y una gran isla justo delante de la boca del mismo estrecho canal (¿Atlantis?), resulta que descubro que en la parte que se correspondería con el suroeste de Iberia, fue dibujado un Gigante sentado junto a un gran río con tres bocas o brazos, y junto a este gran río o canal con tres brazos o desembocaduras, el siguiente texto: “Este hombre es muy alto (gigante). Su nombre es Jeru (La Voz), y este es su río (o canal)”. No sólo el texto permite su interpretación como gigante (lit. qAi, “alto, de alta estatura o talla, grande y fuerte, etc.), sino el hecho de que el jeroglífico de un hombre sentado con el que empiezan todos los textos que le rodean, y que encabezan los mismos como “Éste hombre es…” o “Éste es el hombre…”, sólo en este caso fue representado con un tamaño superior en unas tres o cuatro veces, y junto al mismo, una imagen de este gigantesco ser, igualmente sentado como hablando o gritando (la mano en la boca), pero con un tamaño mayor aún, que en proporción serían de hasta unas diez veces superior.

 

Como hemos dicho, Gerión fue descrito como un gigante, y su nombre, Garyona, Gêryonês (Γηρυόνης > γηρύω), en griego se traduce como “el gritón”. Gr. gêrus (Dor. gârus), ‘voz’, ‘habla’, ‘sonido’ (Cf. noir. Gair, gairm ‘grito’; galés Gawr, Garm). 2. γαρύεν ‘cantar’, ‘hablar’, ‘llorar’ † verb pres inf act epic doric. Lat. garrio, garrulus. (L & S Lexicon). Nótese que en egipcio la voz ‘xrw’ o ‘xru’ (que se pronunciaría como jeru o geru), fonéticamente es casi la misma que la griega ‘gêrus’ (gêrüô), y la coincidencia es más asombrosa aún, cuando comprobamos como ambas tienen los mismos significados de ‘voz’, ‘sonido’, ‘hablar’, ‘gritar’.

 

Como ya apuntamos, a diferencia de todos los restantes jeroglíficos de un hombre sentado con mano en la boca (jeroglífico que expresa la idea de hablar o gritar, entre otras), que encabezan los textos, sólo en este vemos que tal hombre sentado –dentro del texto- es proporcionalmente unas tres o cuatros veces mayor en altura y anchura que los restantes jeroglíficos. Algo semejante a empezar un texto con una letra capitular con un cuerpo bastante grande con respecto las restantes. Resulta más que evidente que la intención del autor de estos textos fue resaltar su condición de “gigante”, que es descrita a su vez con la voz qAi “alto, de alta estatura o talla, grande”. También se puede hacer otra lectura de la secuencia qAi-xrw: “El de Alta Voz”, “El de la Gran Voz”, “El que Grita”, o sea, “El Gritón”. Esta interpretación es la que aceptan los pocos egiptólogos que han traducido este mismo texto. Pero aún así vemos como su corresponde exactamente con el mismo significado del nombre griego de Gerión (Gêrionês o Garyonas), “El Gritón” o “El de la Gran Voz”. Por tanto, se trata de un ser gigante en cuyo nombre vemos la voz egipcia xrw (Jeru o Geru), “La Voz”, y que en la secuencia qAi-xrw se interpreta como el “El de la Gran Voz”. Exactamente igual que el gigante Gerión.  Estamos pues ante una coincidencia plena.

 

Es más difícil negar lo que esta prueba indiciaria nos muestra que aceptarla. Y acudir a la falacia abusiva del argumento de la “mera casualidad” rayaría casi en el insulto a la inteligencia y el más elemental sentido común. Creemos, por tanto, que estamos ante la más antigua referencia al gigante Gerión. Bien podría tratarse de la referencia de una divinidad o ser mitológico que ya existía en Iberia en estos tiempos (1990 y el 1790 A.C.), y que aquí –en estos textos- fue denominada con una mera trascripción fonética egipcia, es decir, con el mismo significado, pero en lengua indígena, o bien ser esta enigmática divinidad realmente egipcia y simplemente ser esta la fuente de la que partieron después los poetas y mitógrafos griegos, especialmente Estesícoro (VI A.C.), a quien se le atribuye haber sido el primero en componer un poema sobre Gerión (La Geriónida), y quien colocaría a Gerión en el extremo occidente, en Iberia, en las cercanías de Gadeira (Cádiz), porque en las fuentes egipcias se indicaría de algún modo que su morada se hallaba en el extremo occidente junto a una isla (Erytheia o Cádiz) y un gran río (Tartessos), y junto al gran mar de los dioses (Océnano). Y no olvidemos otra “coincidencia” más, los tres brazos o desembocaduras que parte del mismo gran río en el que se halla este ser gigante llamado Jeru, “La Voz” o “El grito” o qAi-xrw, “El de la Gran Voz” “El del Gran Grito o el Gritón”, pues estas tres bocas o brazos se corresponden con las mismas tres bocas o brazos que las fuentes clásicas describen se hallaban por la parte meridional de la ciudad de Tartessos, en el delta del río Tartessos o Baetis (Guadalquivir).

 

Sea como fuere, lo cierto es que todo parece indicar se trata del mismo ser mitológico, del mismo gigante con el mismo nombre no sólo fonéticamente sino también semánticamente, o sea, idéntico en el significado, y hasta en su pronunciación, lo que apuntaría a un posible origen egipcio del étimo griego que dio origen al nombre de Gerión.

 

En el Segundo Tomo del Epítome de la Atlántida Histórico-Científica, dedicado exclusivamente a las fuentes documentales egipcias de la historia Atlántida, y que ya está muy próximo a su lanzamiento, en la próxima semana, podréis ver fotos de buena resolución tomadas en el mismo Museo donde se halla esta preciosa evidencia, así como una edición de sus dibujos, mapas, y la traducción de los textos…

 

Desde aquí hago un reclamo a la comunidad de historiadores y arqueólogos para que acepten esta evidencia como la más antigua referencia no sólo a Gerión sino a la misma región del suroeste de Iberia. Y defiendo su carácter de evidencia, más que el de prueba indiciaria, porque –en este caso- sí que considero imposible se pueda recurrir al abusivo argumento de la mera casualidad. En materia de Historia Antigua, pocas veces hallamos coincidencias tan firmes como estas, y con mucha menor solidez y rigor, muchas meras pruebas indiciarias han pasado como autenticas evidencias y fuentes fidedignas.



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