Los entregados son esos que van todos los días, sin faltar ninguno. Entrenan y entrenan como si les fuera la vida en ello, y suelen hacer aeróbicos. En mi gimnasio hay varios. A uno de ellos le encanta dar consejos mientras respira con dificultad corriendo en la cinta o en la bici. Suele trabar a alguna pobre, y la vuelve loca, con la alimentación, las dietas y la vida sana. Y con lo que tiene que hacer, cuantas series, cuantas veces.... Lo mejor es que la víctima de turno suele escucharle con atención. Creo que al principio por ser amable, y después porque no sabe qué hacer para zafarse de los consejos sanos. Es pesadísimo. Pero también les hay de los que no hablan. Sólo te miran, como diciendo, ¨la pobre, sólo corre tres kilómetros¨; o con condescendecia, ¨ya siento que sólo puedas hace veinte minutos de elíptica. Yo hago sesenta¨.
El gimnasio
Publicado el 09 diciembre 2011 por BeatrizbeneitezLos entregados son esos que van todos los días, sin faltar ninguno. Entrenan y entrenan como si les fuera la vida en ello, y suelen hacer aeróbicos. En mi gimnasio hay varios. A uno de ellos le encanta dar consejos mientras respira con dificultad corriendo en la cinta o en la bici. Suele trabar a alguna pobre, y la vuelve loca, con la alimentación, las dietas y la vida sana. Y con lo que tiene que hacer, cuantas series, cuantas veces.... Lo mejor es que la víctima de turno suele escucharle con atención. Creo que al principio por ser amable, y después porque no sabe qué hacer para zafarse de los consejos sanos. Es pesadísimo. Pero también les hay de los que no hablan. Sólo te miran, como diciendo, ¨la pobre, sólo corre tres kilómetros¨; o con condescendecia, ¨ya siento que sólo puedas hace veinte minutos de elíptica. Yo hago sesenta¨.