Revista Talentos

El Gran Hermano boliviano

Publicado el 23 octubre 2012 por Perropuka

El Gran Hermano bolivianoDefinitivamente nuestros gobernantes tienen tan poco qué hacer que andan inventando cada cosa, como decía cierto cantante de cuyo nombre no quiero acordarme. Mientras el resto de los mortales trabajamos, estudiamos, nos vamos de parranda, nos entregamos al ejercicio o al fornicio, nos recostamos de un lado o simplemente vagamos por la vida; nuestro pálido y mortecino vicepresidente de la república se da a la tarea de anotar los nombres de quienes insultan en Internet a Evo Morales, según confesó el domingo ante los medios. Tarea harto fatigante y de nunca acabar, porque son miles los que descargan su furia, frustración y odio contra los gobernantes comenzando por el presidente. 
No hace falta una investigación exhaustiva para corroborar que los políticos son los blancos preferidos para las críticas y burlas, independientemente de los países y regímenes. Internet está llena de foros y páginas donde se ridiculiza a todo tipo de personajes con razón o sin ella. Evo no es la excepción, otra cosa es que se haga a la víctima, al mismo tiempo que insulta con toda libertad a quien le plazca. La última perla que salió de su lengua descontrolada tuvo como destino a la embajada norteamericana: “Ahora, tratar de tener relación con la Embajada de Estados Unidos, como  policía o militar, ya da miedo. Si uno tiene relación con la embajada es mal visto. Antes era todopoderoso el que tenía buenas relaciones y algunos oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía iban allá a tener buenas relaciones. El que tenía buenas relaciones con la Embajada de Estados Unidos (era) así como admirado. Ahora, perdón la expresión, tener relación con la Embajada de Estados Unidos es como una caca. Esto tenemos que profundizar y así nos vamos a descolonizar”. Me tomo el trabajo de reproducir textualmente, a pesar de lo asqueroso de la frase, porque resulta que por citar con palabras propias todo lo que dice el presidente, puede significar algo cercano al delito. Por escribir “flojera” en vez de “flojos”, se originó tremendo e insulso debate en los medios a raíz de la ira gubernamental contra dos periódicos y una agencia de noticias, acusados de haber tergiversado las declaraciones de Morales. Ahora el caso cursa en los tribunales, a la espera de un fallo. Todos sabemos que se quiere amedrentar mas allá de hacer justicia.
Tal es el ambiente de intolerancia y temor de causar enojo al Gobierno, que ahora muchos medios digitales practican la autocensura, habiendo cerrado los foros de comentarios para no pasar por el engorroso criterio de los filtros. Un artículo de la reciente Ley contra el Racismo y Discriminación es terminante: aquel medio que publicare una declaración de tal índole corre el riesgo de ser clausurado. Como un omnipresente bozal que se ha puesto a las publicaciones y especialmente para los programas en vivo, es preocupante cómo van escaseando los espacios de opinión y debate en televisión y radio. Ahora los que quedan se ven forzados a recordar a sus invitados que está en vigencia la susodicha ley y que deben cuidar su lenguaje, antes de empezar cada programa. El reciente caso de la diputada Adriana Gil (acusada de insultar a Evo Morales) nos da una idea clara de cómo se pretende acallar la libertad de expresión, a título de una supuesta lucha contra el racismo. 
Definitivamente vientos de cambio soplan en nuestro retorcido estado plurinacional. Hay signos preocupantes de que vamos camino a transformarnos en lo más cercano a regímenes totalitarios, autocráticos o dictaduras, como los gobiernos de Irán, Cuba, China o Venezuela, que no por casualidad son grandes amigos y aliados de nuestro gobierno. Solo que acá, todo se hace siempre vociferando a todo pulmón que estamos en democracia. Un gobierno militar de los ochenta, al menos tenía la sinceridad de advertir a sus críticos de que caminaran con el testamento bajo el brazo. Con este régimen nadie sabe a qué atenerse. 
Ahora mismo, está en plena elaboración una ley para regular y controlar las redes sociales, especialmente Twitter y Facebook, los dos campos sospechosos de los ataques a Evo. Por extensión, se pretende coartar a todo espacio de opinión, incluyendo los blogs. Sería difícil y caro monitorear al más de un millón de internautas bolivianos, y más aún querer encarcelar a algunos miles. No importa, eso es lo de menos, se busca ante todo controlar el único medio de expresión que todavía queda libre en nuestro país. Ya tienen la excusa perfecta.
En vez de amenazar como si fuera el Gran Hermano, haría bien nuestro Vice en salir más a la calle y tomar los rayos de sol que encerrarse en su tenebrosa biblioteca a la caza de anónimos internautas. O quizás dedicarle más tiempo a su joven y flamante esposa que seguramente se aburre en el lecho conyugal. O de lo contrario, Evo se irritará de que el bolso portabebés que les regaló no cumple su cometido. Evo cumple…¿y los demás?

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