Revista Diario
El hijo del fontanero
Publicado el 14 mayo 2012 por Anaesther
El avión despega. Hoy sube Pellegrini y baja Lotina. Así lo muestra la sexta página del Periódico de Cataluña. Y es que nuestro momento es comparable al del vuelo de un Boeing 787. Aproximadamente, unos 200 pasajeros son los únicos privilegiados que tienen su plaza en él, mientras que el resto continúa en la tierra, ahogándose en el diluvio universal. Y nunca mejor dicho, puesto que a la democristiana Ángela Merkel parece que le da la espalda hasta su propio Dios. ‘Tropezón de Merkel’ titula el editorial catalán. Resulta que su popularidad ha crecido de forma inversamente proporcional a como lo han hecho sus apoyos. Ser Trending Topic en Twitter no es sinónimo de buena noticia, precisamente. Y si no, que se lo digan a Lotina. Pocos centímetros separan en el papel a estos dos personajes, tan distantes geográficamente. Y es que las apoteósicas carreras de ambos descienden precipitadamente, de forma tal que recuerdan a Jack Wagner en Aterrizaje Forzoso. El peligro está de moda, oiga. Las próximas portadas de las revistas de moda nos revelarán las claves para estar guapas en nuestro sustillo de muerte; en Vogue los diseñadores más prestigiosos se apuntarán a esta nueva tendencia mostrando sus colecciones más atrevidas, y en la Cuore podremos ver los AARG!’S más morbosos de nuestras estrellas estrelladas. La moda es el riesgo. Albelda ya lo ha probado. En Ibiza, concretamente. Quizá algún seguidor del Shalke manipuló los motores de la avioneta (un sabio dijo una vez que en las Baleares hay más alemanes que en la propia ciudad de Berlín). También se apuntaron a la diversión los herederos al trono de Noruega. Haakon y Mette-Marit fueron evacuados hace pocos meses de un avión en el que se producía una explosión. Quién sabe, tal vez su cuñaítaMaria Luisa le tenga guardado un cierto resquemor. Las herencias, oiga. Y siguiendo con los aterrizajes forzosos… Algo que conoce muy bien también el singular Margallo, cuando afirmó que sintió los primeros días del gobierno popular como un aterrizaje forzoso, ‘como quien se ve obligado a cambiar las cañerías, al tiempo que continúa dando agua’. Nuestro Ministro de Exteriores tiene vocación de fontanero. Confiemos en que realice bien su trabajo y no se encargue de hacer favores a amas de casa que curiosamente no saben emplear los anticonceptivos. Estén tranquilos si su próxima chapucilla es en casa Islandia, la Primera Ministra es perfectamente homosexual. Aunque aquí hay mayonesa para una telenovela europea. Hablando de hijos de fontaneros, Leo Kirch amasó toda una fortuna y terminó cayendo en bancarrota. Así que es totalmente desaconsejable. No echemos más Urdangarines al fuego, la cosa no está como para tirar cohetes, Froilán. Hijos de fontaneros, sorpresas mañaneras, ahora el tema va de penaltis. Como el de Ramos, si es que la Rae aún no ha inventado un nuevo término para designar a ese ataque a la Estrella de la Muerte. Y a continuación Fundéu nos enseñará a escribirlo bien, como decía un twittero. Y para terminar, Bibi Aído nos dirá cómo ponerlo en femenino. Y es que la cosa va de aviones. O de OVNIS. O de cosas que vuelan, qué más da. Incluso de buques, si quieren. El caso es que nuestro Titanic se hunde. 2012, el año del fin del mundo, así lo dijeron los mayas, y así está siendo, al menos, para mundo moderno. Porque el antiguo se murió hace mucho. Entre la decadencia y la pobreza. Fue un calling station, que diría un jugador de póker. El problema es que a este le han obligado a ser pasivo, no lo hizo por convicción. El dealer ha repartido las cartas a su conveniencia y no nos damos ni cuenta. Solo ahora, cuando las cartas nos las empiezan a quitar a nosotros. Y ya es tarde. Hemos perdido un juego en el que siempre se nos avisaba. O eso creíamos. Porque no nos ha llegado por Whatsapp.