El feminismo ha estrenado un “himno” con el que pretende “visibilizar” la violencia que supuestamente el hombre (así, en general) ejerce sobre la mujer a través de un sistema político-social-cultural conocido como “patriarcado” donde a las mujeres se las castiga desde el momento que nacen, colocandolas en un segundo lugar, para que sirvan al varón y sean víctimas de abuso sexual, abusos que supuestamente el Estado ampara, protege y solapa.*
La mujer según el feminismo, no tiene responsabilidad alguna sobre su cuerpo. Ella al parecer, no tiene consciencia del peligro, y como un bebé, no se lo culpa cuando se cae y se golpea, a la mujer que ha sido violentada sexualmente no debería nunca cuestionársele su forma de vestir, su comportamiento, en fin, las circunstancias que rodean al acto que sufrió. Como a un bebé que aun no es consciente del peligro no se le pregunta qué estaba haciendo cuando me tropezó y se cayó. A la mujer tampoco se le debe preguntar nada cuando ha sido violada.
¿Por qué se le pregunta a una mujer violada donde se encontraba y como estaba vestida?
De igual manera que cuando uno ha sido asaltado, se preguntan las circunstancias del hecho que podrían evitar abusos similares. No es una acusación preguntarle a una mujer violentada como estaba vestida. O si estaba consciente, borracha o drogada. Las preguntas no buscan revictimizar a la mujer sino encontrar al violador. Y si se hacen estas preguntas, no es para hacer sentir peor a la mujer, es imposible hacer una investigación sin hacer estas preguntas.
¡No es mi culpa como estaba vestida!
Es ilógico pretender vestirse provocativamente y luego sorprenderse cuando se provoca a un degenerado. Un violador es un enfermo oportunista que va a usar su superioridad física para saciar sus instintos básicos. Un violador es un enfermo, no podemos pretender pedirle mesura a alguien que no está equilibrado.
Así como por precaución, no sacamos un costoso celular en un bus, donde sabemos podría estarnos vigilando un delincuente, así mismo una mujer, que debería saberse frágil físicamente en comparación con un hombre, al vestirse mostrando el cuerpo, en un lugar público donde se consume bebidas alcohólicas, está jugando a la ruleta rusa. Puede que no le pase nada. Y cuando no le pasa nada se prueba el punto de que no todo los hombres son violadores. Pero si le pasa, no significa que lo estuvo buscando. Ruleta rusa.
Es como entrar a una jaula donde hay leones, algunos están domados, otros, hambrientos. Mi pretensión: entrar ahí vestida como Lady Gaga, con jugosos filetes rodeando mi carne fresca. Pobre del león hambriento que no domine su instinto animal de supervivencia. No es mi culpa si me atacan.
¿Todo es violencia?
El rechazo que el himno feminista ha causado se debe justamente a la presunción acelerada de que toda mujer dice la verdad, como si nunca existieran las denuncias falsas. El afirmar “el violador eres tú” además de generalizar a todo hombre como violador, trivializa el horrendo acto de la violación. Cuando el feminismo llama “violencia” a los piropos, a los hombres que se sientan con sus piernas abiertas, o al ginecólogo que le sugiere a la paciente tener hijos para evitar ciertos tipos de cáncer, al final la perjudicada es justamente la mujer, pues al haber difuminado las barreras entre lo que es un crimen y lo que es un inocente galanteo, y con leyes blandengues el beneficiado justamente es el verdadero violador.
¿Sirve de algo el himno feminista?
Es un grandioso material para memes. De ahí, este cántico no tiene utilidad alguna, es un absurdo totalmente parodiable. Ningún violador al encontrarse con un vídeo de estos, va a pensar “oh, violar ha sido algo muy malo, estas mujeres enojadas con su cara tapada me han abierto los ojos”. Solo los hombres beta, los que pretenden ligar a toda costa renunciando al pensamiento lógico, encuentran este himno como algo “empoderador”. Y les llamo beta porque el hombre equilibrado, el macho que está seguro de su masculinidad, no necesita degradarse al nivel de un perro faldero a darle la razón a un cántico que lo etiqueta como “violador”.
El estribillo claramente afirma “el violador eres tú” y aún así, los aliadEs feministos aplauden el insulto que se hace a todos sus congéneres. Ah, pero si alguien sacara una tonada que diga “la manipuladora eres tú”, ya todos los colectivos feministas habrían cacareado su repudio. No todas las mujeres son iguales, dirían. Pero los hombres, sí, el violador eres tú, y si no nos apoyas, significa que apoyas la violencia. O estás conmigo o estás contra mí.
Y encima piden respeto a su campaña que insulta a todos los varones sin discriminar, como si quienes no nos hemos tragado el cuento del patriarcado en occidente, apoyamos las violaciones.
El feminismo es cancer y está haciendo metastasis. Es momento de compartir esos memes que ponen en evidencia el ridículo del feminismo, el cual está sujeto, como todo sistema de ideas, al análisis crítico y porque no, a la parodia y la sátira que desde siempre han señalado el absurdo.
* Importante
El día en que grupos feministas ejecuten su coreografía en una mezquita islámica puede que se ganen un poco mi respeto. Mientras sigan acusando al hombre occidental promedio, desde este blog continuaremos señalando al feminismo como un movimiento separatista, con una agenda oscura que sirve al mal, y que pretende justamente una guerra cultural que se ajusta a los procedimientos cleasicos del marxismo. Las tontas útiles que sigan entonando sus insultos contra los hombres van a tener que tragarse sus palabras el día en que se les obligue a usar burkas y callarse la boca. De todo corazón, espero que nunca ocurra, pero al ver como estan las cosas, es cuestión de tiempo. En Europa ya hay ciudades que son mayoría musulmana donde se viola a mujeres y niñas sin importar como estan vestidas, algunas violadas en sus propias casas. Mientras no dirijan su artillería hacia allá, vamos a seguir compartiendo memes.
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