- Carrozas. La espectacularidad del desfile varía mucho de unas localidades a otras: depende del estado de las arcas municipales y del presupuesto de las marcas que patrocinan el monárquico despliegue. Por algunos vistazos de reojo, me dio la impresión de que las carrozas sevillanas estaban bastante bien logradas, al igual que los disfraces de los sádicos lanzadores de caramelos. Lamentablemente, soy del grupo de los cobardes y pasé la mayor parte del tiempo medio escondida, por lo que apenas tuve ocasión de verificar las positivas impresiones. A mi lado, un matrimonio de cierta edad comentaba: “¡Qué lástima de carrozas, con lo bonitas que son y nadie se molesta en apreciarlas!”. En defensa del consumo responsable, sugiero a los responsables de las cabalgatas que concentren el uso de los recursos en una cosa o en la otra. Si apuestan por los caramelos, pueden ahorrarse la decoración de las carrozas: conseguirían el mismo efecto tirándolos directamente desde un tractor. Si, por el contrario, desean transmitir una imagen de magia y esplendor, los que sobran en la ecuación son los caramelos. Como conclusión, ofrezco una breve lista de las características que definen al homo economicus, en el competitivo contexto de la cabalgata de Reyes: - Su principal propósito es conseguir muchas, muchas golosinas. Da igual el sabor o la modalidad, porque lo importante no es su eventual consumo, sino la simple satisfacción de acapararlas.- Alto grado de tolerancia al riesgo o negación del mismo: llenar las bolsas de caramelos bien vale un ojo morado o unos cuantos puntos de sutura.- Selección natural: los más grandes y agresivos consiguen más caramelos, confirmando que el tamaño importa y que Darwin tenía razón sobre la supervivencia del más fuerte.Por suerte, la cabalgata de Reyes sólo tiene lugar una vez al año… El problema surge cuando el homo economicus de turno ostenta cierto poder y muestra esas mismas características en el mundo real: así se hunden los sistemas financieros y las economías de los países.
El homo economicus en la cabalgata de los Reyes Magos
Publicado el 17 enero 2013 por Addkeen @Addkeen- Carrozas. La espectacularidad del desfile varía mucho de unas localidades a otras: depende del estado de las arcas municipales y del presupuesto de las marcas que patrocinan el monárquico despliegue. Por algunos vistazos de reojo, me dio la impresión de que las carrozas sevillanas estaban bastante bien logradas, al igual que los disfraces de los sádicos lanzadores de caramelos. Lamentablemente, soy del grupo de los cobardes y pasé la mayor parte del tiempo medio escondida, por lo que apenas tuve ocasión de verificar las positivas impresiones. A mi lado, un matrimonio de cierta edad comentaba: “¡Qué lástima de carrozas, con lo bonitas que son y nadie se molesta en apreciarlas!”. En defensa del consumo responsable, sugiero a los responsables de las cabalgatas que concentren el uso de los recursos en una cosa o en la otra. Si apuestan por los caramelos, pueden ahorrarse la decoración de las carrozas: conseguirían el mismo efecto tirándolos directamente desde un tractor. Si, por el contrario, desean transmitir una imagen de magia y esplendor, los que sobran en la ecuación son los caramelos. Como conclusión, ofrezco una breve lista de las características que definen al homo economicus, en el competitivo contexto de la cabalgata de Reyes: - Su principal propósito es conseguir muchas, muchas golosinas. Da igual el sabor o la modalidad, porque lo importante no es su eventual consumo, sino la simple satisfacción de acapararlas.- Alto grado de tolerancia al riesgo o negación del mismo: llenar las bolsas de caramelos bien vale un ojo morado o unos cuantos puntos de sutura.- Selección natural: los más grandes y agresivos consiguen más caramelos, confirmando que el tamaño importa y que Darwin tenía razón sobre la supervivencia del más fuerte.Por suerte, la cabalgata de Reyes sólo tiene lugar una vez al año… El problema surge cuando el homo economicus de turno ostenta cierto poder y muestra esas mismas características en el mundo real: así se hunden los sistemas financieros y las economías de los países.