Lágrimas con melodía
el eco de su cuerpo
marcando los minutos
que tardan
en deslizarse por sus mejillas.
Sonrisas marcadas
en los pliegues de su mirada,
sollozos en la oscuridad
del vaivén de sus entrañas.
La melodía
como parte de su ente.
El eco
retumbando en su seguridad.
El huracán
perdido en su vitalidad.
Y en tanto movimiento
Querer(te)
a medias
y a oscuras.