El Hyper Team gana el oro olímpico frente a España. No podía ser de otro modo. El mejor equipo de baloncesto de la historia del deporte español, ahora irregular y ya en claro declive, nada podía hacer contra el imparable equipo estadounidense. Si España no consiguió el oro olímpico en Pekín 2008 –es difícil ganar al basket jugando 8 contra 5, sobre todo si tres de ellos llevan silbato- siendo notablemente superior, mucho más complicado se antojaba en esta edición olímpica al luchar contra el mejor equipo de la historia, interpretando un fantástico canto del cisne en la final olímpica.
Algunos creen que el equipo que estados unidos envió a ganar el oro en Londres 2012 podría rivalizar con el mítico Dream Team que arrasó en los juegos de Barcelona’92. Yo creo que no hay rivalidad posible. Éste, el Hyper Team, es totalmente superior al Dream Team, y en un hipotético partido entre ambos las canastas de Kevin Durant, Kobe Bryant, LeBron James, Carmelo Anthony.. y más, sólo podrían ser igualadas por los contratos publicitarios del Drean Team.
Del Dream Team se decía que harían falta varios balones al mismo tiempo en la cancha para poder alimentar tanto genio individual, mientras que al Hyper Team sólo necesita uno: el que se usa para ganar; porque han conseguido sumar a la brillantez de cada jugador, la inteligencia y la generosidad de un elegante y efectivo juego en equipo. Su genialidad va un paso más allá y por ello son invencibles. Sólo un breve momento de juego fulgurante es suficiente para alejar los sueños de victoria del rival. Vencen con la sabiduría de un maestro shaolin http://es.wikipedia.org/wiki/Shaolin que no se ceba en la debilidad del oponente, a pesar de batir records de anotación.
Ya no caben más nombres en el Olimpo de la gloria de la NBA. Los hall of fame rebosan de camisetas legendarias, nombres a los que venerar, mientras talentos descomunales golpean con fiereza el aro sin ninguna posibilidad de hacer un slam dunk en la historia colectiva del baloncesto.
El Hyper Team ha hecho bueno el espíritu olímpico. Han sido los más veloces, los más altos, los más fuertes y a partir de ahora los más soñados.