El Ídolo caído.

Tal y como estás los tiempos en este país, pocas cosas —por no decir ninguna— podrían poner de acuerdo a los partidarios del partido gobernante y a los de la oposición, sin embargo, esa utopía se ha dado y socialistas y populares coinciden en algo, la falta de agallas del dirigente del Partido Popular.
Había una vez un hombre que, venido de la capital, fue encumbrado como héroe, un hombre capaz de liberar a los suyos de todos los problemas existentes: paro, crisis económica, recortes presupuestarios, congelación de las pensiones… Pero aquel héroe no pudo vencer a los señores de la calle Génova y tuvo que continuar desterrado.
Dejando la parte imaginativa a un lado, no voy a decir que estuviese a favor de Cascos al frente del PP asturiano porque mentiría, pero sí es cierto que una gran parte del electorado de este partido contaba con ello y ahora, tras la noticia desde Génova, ha estallado la rebelión.
Se pueden leer comentarios diversos en los periódicos asturianos: unos piden al ex - candidato que lidere un nuevo partido, otros solicitan el voto nulo o la abstención de los «casquistas», otra parte dice que va a votar a otros partidos, unos pocos exaltados, que no tienen nada de demócratas y mucho de radicales, comentan que habrá navajazos dentro del partido, y otras personas le recuerdan a Rajoy las palabras que, según una leyenda, la madre de Boabdil le dijo a su hijo al llorar mirando por última vez la ciudad de Granada camino de su destierro: «Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre» .
Una cosa queda muy clara, Rajoy los ha decepcionado porque esperaban a un líder con agallas, decisión y mando, y muy a su pesar, han descubierto la cobardía de quien no quiere perder lo que tiene y teme que otros puedan llegar a la titularidad antes de las elecciones generales y por tanto, quedarse en el banquillo como suplente (disculpas por utilizar un símil futbolístico).
Queda aún mucho tiempo y quien sabe si todas estas opiniones se quedarán en agua de borrajas para acabar votando a los suyos, sin importar nada más.