El indicado

Varias veces se ha dicho que el primer año de una relación sentimental está signado por las mieles,abrazos y un esbozo de lo que creen los paganos que es el amor.  Si no se ha dicho, aquí estoy yo para afirmarlo, aunque creo que cualquier otro podría,reconocerlo no requiere una obsevaciòn demasiado obsesiva. Yo  conocí a Miguel y a Andrea, pero si hubiera conocido a Germán y Catalina o a Juan y Eva, hubiera sido igual. Lo dìficil viene despuès, siempre.
Miguel  trabajaba en una oficina con tres hombres grises. A veces hablaban de fútbol, a veces de economía, a veces de minas. Hacían informes que nadie leía sobre cosas que a nadie importaban. Miguel era más bien reservado, la aparición de una chica que limpia, lo cambió por completo: se compró zapatos nuevos, limpió las corbatas de manchas de mostaza añejas y empezó a usar antitranspirante.
La chica nueva que limpia, no era otra que Andrea, morocha petisita potente del conurbano bonaerense, acostumbrada a viajar apretada en trenes y dar monedas a cada desvalido que se le cruzaba. Flechada por el rubio de pelo cortito empezó a pintarse como una puerta y se alisó el pelo con un shock de keratina.
El hombre le contó de sus sueños de oficina, el plazo fijo y el auto. Ella lo miraba con una sonrisita condescendiente y le contaba de su perro y su sobrino que no tenía papá. Se besaron por primera vez en la parada del 161, apurados para que ella no pierda el colectivo. El oficinista, luego de unas comidas románticas en lugares no tan caros, no perdió el tiempo. Le hizo un lugarcito a la chiquita en su sommier “para que no tenga que viajar tanto”. Luego la clásica bombacha colgando en la ducha acompañada de una extraña limpieza y abundancia en la heladera consolidaron la pareja.
Ambos creían en la persona indicada, a pesar de sus desventuras pasadas, él con una piba de Palermo y ella con un hombre que ocultaba estar casado. Para comprobar la existencia y la realidad de que existe una persona indicada ambos tenían la misma formula ¿Hasta donde me amàs?.
La prueba de que alguien es la persona indicada, vale aclarar,  la llevan adelante las personas con inseguridades, fobia y mal sexo. A falta de incentivos en la vida real falsamente arriesgan lo que creen seguro, entablando una partida de ajedrez que define la distribución del poder en una relación . El poder no es el dinero, ni los niños, ni el auto, el poder reside en la capacidad de resignar la persona que nos acompaña. Algunos dirían que eso es libertad, yo pienso que es falta de compromiso, miedo, ausencia de espíritu.
Para que funcione la prueba de carbono 14 de una relación son necesarios los complementos, es decir que uno de los dos componentes sea el  que pide la prueba de amor y el otro, el que la brinda. El problema con Miguel  y Andrea es que ambos pedían pruebas de amor, ante lo cual, obviamente, obtenían como respuesta el desdén del destinatario, el constante aumento de la apuesta, la cornisa. Ambos toreaban falsamente al otro con el" ¿Hasta donde me amas?" 
Ante lo que él esperaba un cenicerazo, recibía confesiones de una reacción fogosa en la entrepierna de Andrea con el verdulero. Pasaba también en viceversa.¿Cuantas amistades estás dispuesto a dejar por mí?¿Cuanto daño te puedo hacer? Quiero que llores por mí y ser yo quien te perdone porque te metí los cuernos.  Así, ambos comenzaron un juego interminable, el cual volvió insoportable cualquier reunión social con ellos: él le miraba el culo a las amigas de ella, Andrea contaba anécdotas de noviazgos anteriores mejor dotados que Miguel.
El segundo año terminó con un crecimiento del odio entre ambos, soló quedaba saber si alguien podìa a demostrar que realmente podía vivir sin el otro, que el experimento estaba terminado. Llegaron a cumplir el tercer año de pareja de esta manera,entre dudas, con sus amigos cansados de escuchar hablar del tema. Tan cansados que decidieron oficiar de embajadores para una separación creyendo haciendo un favor a sus amistades, a si mismos y al mundo.
Los términos de la rendición no fueron aceptados por los miembros del experimento quienes insistieron en que lo que hacían con sus vidas era decisión de ellos. Así cometieron su peor error, desafiar a sus amigos y desafiar a Dios, creerse artífices de su propio destino.
Según brujos consultados Miguel tenía en su futuro ser concubino de una prima y  Andrea tener varios hijos con un comerciante miserable. Un ascensor de edificio publico falto de mantenimiento marcó el fin de la vida del oficinista gris y la condena para Andrea de pensar en él durante toda su vida, condena que traía consigo algunas respuestas: que finalmente Miguel era el indicado para ella y que no podría volver a amar así a nadie. También que Dios decide  nuestro destino y que tiene una obsesión  con dar lecciones sobre el amor, entreteniendonos con falsos juegos, cruzandonos con  imbeciles y haciendonos sufrir cuando no hay motivo.