Lo cierto,es que estamos en unos días de primavera que parecen verano, con cielosdespejados y temperaturas sobre los veinte, cuando a fines de marzo normalmentetodavía había nieve.Y elinvierno tampoco como los de siempre. No recuerdo tormentas serias, y sicayó nieve aquí y allá, tampoco fue de la manera y en la cantidadacostumbradas. Tampoco hubo fríos terribles. Un invierno que no lo fue.
No sólo aquí.Leo que el Inglaterra también las plantas se han adelantados entre diez a quincedías en florecer y que los pájaros han llegado antes desde el sur. Los tiemposhan cambiado y los animales, que viven en ritmo con la naturaleza lo sienten másque nosotros.Algunoshumanos lo gozan: salen antes al patio, preparan jardines, comienzan a limpiarla asadera. Otros, se preocupan: esto no está ‘bien’, dicen. Temen que ‘algo vaa pasar’.Mientrastantos, dejemos constancia del cambio. Del invierno que nos saltamos y de la primavera-verano que anda por estos barrios.Preparemosun cafecito con acompañamiento y vámonos al patio!