El Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge esta exposición temporal hasta el 30 de Mayo de 2010, donde se expone la producción de los casi veinte primeros años del pintor sevillano.
La muestra se compone de un total de 40 pinturas que permiten apreciar la evolución técnica y estilística en esos primeros años así como las numerosas influencias a nivel pictórico, temático y compositivo de otros maestros anteriores y coetáneos como Zurbarán, Roelas, Del Castillo o Ribera.
El enfoque de esta exposición no puede ser más oportuno dentro del debate actual en la sociedad sobre los derechos de autor a raiz de la polémica #leySinde.
Diversos arquitectos del starsystem como Santiago Calatrava, Frank Gehry o Zaha Hadid, y sus denuncias a terceros por supuestas violaciones de sus derechos sobre la propiedad intelectual de sus obras, hace tiempo que abrieron el debate sobre este tema en el campo de la arquitectura.
Pero lo cierto, y esta exposición sobre el joven Murillo lo pone de manifiesto, es que la copia siempre ha formado parte del proceso creativo en el arte. Lo que va cambiando, en ocasiones a golpe de sentencia judicial, es dónde se sitúa la difusa linea que separa la copia (o la influencia) del plagio.