Ayer cumplió 65 años el disco de larga duración o también conocido como LP (Long Play).
Pese a haber pasado la era del CD y estar en plena época del MP3, seguimos diciendo que los artístas sacan "un nuevo disco", y es que para miles de millones de personas el mundo musical era plano y medía 30 centímetros.
Si hacemos un poco de historia llegamos a 1857 cuando el francés Édouard-Léon Scott de Martinville desarrolló un cilindro que podía grabar tonos, pero lamentablemente no los podía reproducir. Eso lo logró Thomas Alva Edison. La idea de hacer los surcos en el disco fue de otros, sin embargo los discos eran muy delicados, caros y tan sólo se podían escuchar un par de veces.
En los años '30 surgió la alternativa de utilizar vinilo para fabricar los discos, que permitía hacer surcos más pequeños, mas resistentes y con mayor calidad de sonido, pero no tuvieron éxito porque nadie tenía el equipo necesario para escucharlos.
Después de la Segunda Guerra Mundial llegó la revolución y se impuso.
Fue el 21 de junio de 1948 cuando Columbia Records presentó el disco de doce pulgadas (30 centímetros) de diámetro y una velocidad de 33,33 vueltas por minuto. Cada cara del disco duraba 23 minutos. Peter Goldmark inventó el LP un poco por casualidad y a él se le debe también la televisión a color.
Con la irrupción del LP casi todo el mundo se podía permitir música. Llegó incluso a haber tocadiscos en los coches. Los discos se convirtieron en un producto de masa, una pieza de culto y un símbolo de toda una generación. Y además se convirtieron en un codiciado producto de venta, que con la llegada de la era digital perdió fuerza aunque ahora nuevamente vuelve a ser un objeto de culto entre los puristas del sonido y los nostálgicos de un formato analógico que ha quedado antiguo.
En 1985 el disco de vinilo comenzó a ser desplazado por el CD de audio, pero es otra historia.