Quien no recuerda los programas de lucha en televisión. Lugar donde los buenos y los malos se trenzaban en duras batallas en las que era muy claro de que lado estaba cada uno. El Luchador se mete en ese mundo de la mano de Ray Robinson (Michey Rourke), y a partir de allí nos cuenta una historia de perdedores en los que los lugares de los "buenos" y los "malos" socialmente hablando no están tan claros.
Ray Robinson llegó a ser un reconocido luchador de catch en los ochenta, luego venido a menos en los "aborrecidos 90s" como el mismo lo dice en la película, para terminar formando parte de un circuito menor del espectáculo de catch, con una pobre paga. Todo esto reflejado en su presente de lucha para poder sobrevivir económicamente, haciendo también trabajos como peón de carga y descarga.
De pronto Ray, luego de un show, tiene un ataque cardíaco que lo lleva directamente hacia un bai-pass con la recomendación médica de que deje la lucha por un trabajo más tranquilo si pretende vivir un tiempo más. Este hecho de pronto le hace tomar cabal conciencia de los solo que está y entran en escena otros dos personajes: una bailarina de cabaret, Cassidy (Marisa Tomei), que Ray conoce a fuerza de frecuentar ese tugurio, y con la cual irá construyendo una relación más intima que la sexual; y una hija abandonada por él hace años y con la cual pretende reconstruir los lazos filiales al saberse muy enfermo y con posibilidades ciertas de abandonar este mundo más pronto que tarde. El mundo del catch sin glamour, desde adentro, mostrado como un oficio, un trabajo más donde miles de hombres se ganan la vida; la historia de este héroe que encarna en la ficción de la lucha al ganador , y que es un perdedor en la vida real; y las dos historias que entroncan con esta: la del amor filial por un lado, y el deseo de un poco de ternura y compañía por otro, hacen a esta película atractiva, interesante y entretenida. ….No está de más decir que la posibilidad que le da la historia al perdedor de redimirse y tener su momento de triunfo y gloria en la vida real, nos esta diciendo que el orgullo y el heroísmo anida en cada "perdedor" de la sociedad.