
El miedo a la crítica: El camino hacia una vida escrita desde tu autenticidad
Cuando tenía 10 años, mi profesor de Lenguaje (y tutor) escribió en mis notas de evaluación: «Tiene dotes de escritora». En ese momento lo vi como una simple observación, una calificación más. Sin embargo, mi padre, con un brillo de orgullo en los ojos, me dijo que esa frase bien merecía ser enmarcada, como si, en el fondo de su corazón, también se reconociera a través de mi naciente talento. Él amaba escribir.
Con el paso del tiempo comencé a tomar las letras en serio, y releía una y otra vez aquella frase, que se convirtió en un lema, en una verdad que fue brindando la fuerza para enfrentar el miedo al rechazo y a la crítica literaria.
Mi inseguridad me llevaba a preguntarme «¿Qué pasará si mi obra no es lo suficientemente buena? ¿Y si mi voz no resuena?» Este miedo al juicio nos paraliza, hace que nuestras ideas (únicas) se queden vagando en nuestra mente sin aterrizar en el papel, o incluso puede llegar a bloquear durante demasiado tiempo nuestra creatividad.
Y es lo que la escritura me ha enseñado sobre la vida misma. La crítica, aunque sea difícil de aceptar, es una oportunidad para crecer, para darnos cuenta realmente de quiénes somos en realidad y de defendernos a capa y espada. Ser vulnerable es una fortaleza, no una debilidad, es la clave para una escritura auténtica, para una vida honesta y coherente.
¿Cómo superar este miedo a escribir, a vivir?
1. Acepta la vulnerabilidad como parte del proceso vital y creativo. La vulnerabilidad nos conecta con los demás porque les impacta. Lo que te hace vulnerable es también lo que te hace humano y, por ende, poderoso como escritor.
2. Resignifica la crítica como una herramienta de aprendizaje. Como es arriba es abajo, como es afuera es adentro. La crítica externa también me está enseñando sobre la autoexigencia y la desconfianza en lo que soy y lo que vine a aportar a este mundo.
3. Desarrolla una mentalidad de aceptación y autocompasión. La perfección no existe ni en el arte ni en la vida. Como escritor(a), como ser humano, tienes tu propio estilo y tu propia voz. Hónrate, sé fiel a ti misma(o).
4. Escribe, vive para ti misma(o) primero. La mejor forma de liberarte del miedo al juicio es escribir por el placer de hacerlo, no para agradar a los demás.
5. Conecta con tu propósito. ¿Por qué escribes? ¿Para qué vives? Cuando tu motivación proviene de un lugar profundo y genuino, la crítica externa pierde su poder, porque abrazas el proceso con el amor que te brindas a ti misma(o).
Recuerda: La voz más severa es la de tu propio crítico interno. Abrázalo con compasión y recuérdale que tiene el propósito de sacar lo mejor de ti, de que seas libre. Sé tú misma(o) en cada historia que te cuentes.
Se llamaba Andrés… Y me vio, me enseñó la mejor lección de todas.
Nuria C. Mallart
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