Vuelvo a hablar de la ansiedad y sus crisis. Éstas caracterizan por la presencia repentina de un miedo o malestar intenso sin motivo aparente. Dicho miedo viene acompañado de unas sensaciones físicas desagradables, las más comunas de las cuales son: palpitaciones, sensación de ahogo, dolor en el pecho, mareo y sensación de inestabilidad, sudoración, hormigueo, náuseas y molestias abdominales, miedo a morir, y miedo a perder el control, entre otros. Dichos síntomas, se inician de forma brusca y alcanzan su máxima expresión a los 10 minutos.
Cuando las crisis de ansiedad aparecen de manera repetitiva, es cuando hablamos de Trastorno de pánico.
Las crisis de ansiedad, no tienen una única causa. Pueden ser varias e incluso a veces, pasan inadvertidas. Precisamente, las crisis son molestas, entre otros, porque surgen sin que tenga que existir un motivo aparente. Las crisis, pueden aparecer ante cualquier cambio en las sensaciones corporales que la persona detecte y que le causen preocupación. Una vez se ha padecido una crisis, aumenta notablemente el miedo a padecer otra, lo cual provoca que estemos más atentos a cualquier cambio corporal, lo que aumenta a su vez, la probabilidad de tener más crisis.
Reproducido por deferencia de la psicóloga Ana Martinez del Centre ITAE.