Mientras
todos estábamos pendientes de las campanadas de turno, tomando las uvas (o lo
que se terciara), unos desconocidos se dedicaban a saquear un almacén de la
Agencia Tributaria, donde se depositaba droga incautada en distintas
operaciones policiales. Parece que esta actividad se está volviendo en algo habitual
en Andalucía pues, desde 2008, se han producido hechos similares en Sevilla,
Málaga, Cádiz y ahora en Huelva. Y lo más curioso, no se ha producido ninguna
detención.Me
llaman la atención varias cosas, la primera el hecho de que se produzcan estos
robos de droga, la segunda que sólo se hayan llevado a cabo en Andalucía y la
tercera, que no se haya detenido a ninguna persona en relación con estos hechos.Está
claro que aquí hay gato encerrado. Imagino que los robos los realizan los
propios traficantes, para recuperar su mercancía, pero tienen que tener ayuda
de alguien (policía, guardia civil o miembro del poder judicial). Sin la ayuda
de personas que les den información debería ser casi imposible llevar a cabo
estos robos.España
es un País raro, siendo la puerta de entrada de la droga en Europa, siendo uno
de los países donde más droga se incauta y, encima, donde las mafias recuperan
lo incautado, no se producen detenciones de miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado, ni de la Carrera Judicial, o de funcionarios del
Ministerio de Justicia, cuando seguro que algún miembro de estos cuerpos debe
estar “comprado” por las mafias. Sería lo normal, lo lógico, más cuando en
todas las capas de la sociedad hay corrupción.Con
este artículo, lógicamente, no quiero hacer ver que la corrupción sea
generalizada, todo lo contrario, nuestra Policía, nuestra Guardia Civil y los
miembros del Poder Judicial (jueces, magistrados y demás funcionarios) hacen
una labor importantísima y eficaz, lo que hay que acabar es con los garbanzos
podridos, que siempre los hay…Y
lo que está ocurriendo en Andalucía con la “recuperación” de droga incautada
depositada en almacenes oficiales, da mucho que pensar, me resigno a pensar que
es casualidad. El Ministerio del Interior se lo debería tomar muy en serio,
porque me temo que tiene al enemigo en casa.