Nada tiene que ver ya con ser más mayor o pensarse más autorrealizado. Soy yo y punto. Yo en estado puro, sin añadidos y sin tristezas. Tal vez sea más fácil abandonar y dejar esto bonito y cerrado, pero quiero seguir ensuciándolo y dibujando monigotes con letras para cualquiera que tropiece con esta página. Así que sí, se puede decir que, después de una buena digestión, estoy fenomenal y con ganas de seguir alimentándome las ganas ¡y más ahora que toca ponerse a estudiar un poco más enserio!
Pero bueno, quizá vengo a terminar el año bien. Pero no a hacer balance. Porque lo que ganas y lo que pierdes va en función de lo que vives y de lo que sientes y no, no tiene por qué ser equivalente. Hace frío y yo sigo igual, pero contento. Ya vendrán los tiempos de cambios en los que echaré de menos toda esta monotonía con nostalgia. Por eso me gusta guardar las palabras, porque son de las pocas cosas que quedan perennes y sin adulterar.
Esto es un poco como todo. Escribir para luego releer, como grabar un programa o una peli, como recordar los mejores momentos con tus amigos, como repasar lo que ya has estudiado; como vivir una vida que otros ya han vivido.
Estoy contento porque se asumir lo que vivo y no pido más si no es posible.
Pero nada cambia, tio ¡todo es como antes!