Con los ojos abiertos, despierta la miradaestoy aquí sentada en una piedra fría,recogiendo silencios de almas desconocidas.No me importa la luna de los enamoradosni el lujo de las casas de los hombres pagadosni las piedras preciosas que lucen en las manoslas mujeres sin alma de los ricos mundanos.Me asfixia la ignorancia, aún más que la pobrezala riqueza ganada con la muerte y el hambrela Iglesia que enmudece y gira la cabezala nobleza heredada, el azul de la sangre…..Me agotan los lamentos que no producen cambioslos ojos que no miran, que se cierran al mundolos locos que dominan, los cuerdos dominadosla cobardía humana para cambiar de rumbo.Los que no olvidan nunca, los que todo lo olvidanlos que escriben mentiras como algo reallos que quieren dejarnos a todos sin memoriapara tapar las muertes que dejaron atrás.Se ha despertado el ego que domina lo absurdomaquillando caminos que atraviesan abismosa un lado brotes verdes mirando al optimismoal otro grandes ojos y cuerpos diminutos.Me asustan los que aceptan que no es posible el cambiolos que abrazan la meta sin solidaridadlos que crecen sumidos en este gran engañolos que no ven las grietas que empiezan a aflorar.Me irritan los que nunca observan el vacíolos que nunca tuvieron una luz interioraquellos que despiertos están como dormidosafincados, felices, en su desolación.Asfixia, agotamiento, irritación y miedocuatro definiciones para el mundo de hoy,mundo que cambiaremos para mañana.
Autora: Anuska Dagda