Revista Talentos

El mundo de las criaturas paranoicas

Publicado el 10 junio 2015 por Perropuka

El mundo de las criaturas paranoicas

Soledad Chapetón, alcaldesa de El Alto

Me informo que una abeja, una sola minúscula abeja ocasionó que un mayúsculo avión de pasajeros retornara a la pista. Por el tenor del título llegué a imaginar que el susodicho insecto había atemorizado a los viajeros o a los experimentados pilotos, esgrimiendo el aguijón, ¿o qué se puede colegir de que “una abeja obliga a un avión a regresar al aeropuerto en Londres”?...insospechado enigma tan difícil de resolver como un rompecabezas. Al final, resulta que el infortunado animalito no había sido un aeropirata sino que por curioso se había infiltrado en un instrumento externo del avión. Se sabe que un pajarraco o una bandada de aves migratorias podrían ocasionar incidentes de riesgo si son absorbidos por alguna turbina, pero que una mosca o cualquier cosa insignificante provoquen un “problema técnico sospechoso” desnuda lo frágil y vulnerable que es la tecnología de la aviación. ¿O paranoias de la tripulación o exceso de celo profesional? ¿No decían que volar era lo más seguro? Entretanto se libra la guerra entre ingenieros y abejas, me llama la atención que la escaramuza se haya producido en un avión de la compañía Flybe ¿o será Flybee?... Hasta el destino se torna paranoicamente gracioso.Mientras al otro lado del charco están más que susceptibles por el temperamento de pilotos y sus impulsos suicidas que aparentemente se transmiten hasta los insectos y palomas que pululan cerca de los aeropuertos; coincidentemente, en estas tierras de ubérrima imaginación y sicodélicas ocurrencias, el Gobierno plurinacional ha lanzado la teoría de que una “red poderosa e influyente” había actuado en la fuga del empresario peruano Martin Belaunde (¿o quizás también la FIFA había sobornado a jueces y policías custodios?) y que, entre otras cosas, buscaba vengarse para acabar con el infalible reinado de Su Excelencia, de tan coloridos y hermosos ecos que hasta Jude Law contaba maravillado hace unos días-en un  programa de televisión norteamericano- y entre risas, de que lo había pasado de película entre fuegos y mantras chamánicos que su anfitrión Evo Morales había encargado en Palacio Quemado. Nada de extrañar que los soporíferos inciensos y aromas de grasa animal produzcan fascinación o hagan volar la imaginación de remotos viajeros. Como está tan paranoico el ambiente, no sabemos si por el efecto retardado de los sahumerios y otras artes de improbable rastreo, ¡ay!,  a la flamante alcaldesa de la ciudad de El Alto se le deslizó un lapsus que por poco los Torquemadas del pachamamismo la llevan a la hoguera. Resulta que doña Soledad Chapetón, en su solitaria cruzada contra la corrupción se había propuesto acabar con el nido de ratas que había dejado su desvergonzado antecesor. La alcaldía se había convertido en una central de prebendas donde acudían diversos dirigentes gremiales y vecinales para obtener empleos para sus parientes, y otros pingües beneficios como contar con secretarias pagadas por el municipio, choferes a su disposición, uso de celulares con cuentas corporativas y hasta la repartija de vales de gasolina para las sabandijas.Desde que juró al cargo, los dirigentes de las juntas vecinales le quisieron imponer sus propios subalcaldes bajo el pretexto de  “usos y costumbres”, a pesar de que el reglamento faculta a todo alcalde nombrar a los funcionarios que estime conveniente. Ante la amenaza de la pérdida de sus privilegios, los afectados le declararon la guerra llamando a movilizaciones populares que finalmente apenas tuvieron convocatoria. Resuelta a no dejarse intimidar, Chapetón replicó que “los usos y costumbres corresponden a los indígenas y no así a los ciudadanos”; citadinos, habrá querido decir como representante de una urbe de más de un millón de habitantes, y que más tarde se preocupó de aclarar, pidiendo disculpas a la gente.El resbalón verbal de la inexperta alcaldesa se dice que levantó polvareda entre las sábanas y otros aposentos sacrosantos del palacio, comenzando por el vicepresidente quien respondió que tales declaraciones eran entendibles en tiempos del mil quinientos pero que en pleno 2015 eran “intolerables” e “indignantes”. No pasó mucho tiempo para que el resto de la manada oficialista hiciera sentir sus opiniones desbocadas buscando el linchamiento político de la aludida. Como sea, el patíbulo estaba instalado para intentar defenestrarla y socavar su popularidad todavía intacta. No le perdonan que les haya arrebatado uno de sus más poderosos bastiones electorales. Y mucho peor por ser mujer y tan joven en este país de caciques y machos golpeadores.Como era de esperarse, salió a la palestra el más rabioso de los funcionarios de la corte de Su Excelencia, el gran maestre de la corrección ideológica y censor del Estado plurinacional que lleva el inverosímil cartel de Viceministro de Descolonización que, fiel a su cometido, anunció que iba a iniciar un proceso legal por discriminación contra la alcaldesa y que, en el caso de servidores públicos, incurrir en prácticas racistas (y eso que ella se declara orgullosa de sus raíces aymaras)  tenía el agravante de un tercio, recordó el oficioso burócrata; que si fuera mínimamente coherente le hubiera enjuiciado también a su demonio interior que le indujo a lucir una recordada camiseta estampada con los rostros de Los Beatles. Es de opereta este régimen que nos gobierna, que protege indisimuladamente a un diputado acusado de violar a dos niñas, pero que mueve todo su aparato judicial y mediático para acosar a una mujer por sus declaraciones.



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