Aunque las Fallas de Valencia hay que verlas tal y como se han creado, en las instalaciones que se realizan cuatro días antes de que el fuego las devore, el 19 de marzo, es posible ver una parte de estos monumentos efímeros todos los días del año.
Esto es posible en el Museo Fallero, donde se exponen todos los ninots indultados, que se han librado del feroz mordisco de las llamas y quedan para el recuerdo en este especial museo que mantiene viva su memoria.
Desde el año 1934, los artistas falleros seleccionan dos figuras de sus monumentos, una de la falla infantil y otra de la falla adulta. Se realiza una exposición con todos estos ninots, y un jurado decide cuál de todas ellas son las elegidas para no arder la noche del día de San José.
Cerca de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en la Plaza de Monteolivete, encontramos este Museo Fallero, en la que están colocadas, de manera cronológica todas las figuras indultadas. En cada una de estas pequeñas instalaciones, podemos encontrar el cartel fallero correspondiente a cada año, e información acerca de los materiales utilizados para la construcción de los ninots.
Es curioso ver la evolución del arte fallero a lo largo de los años, tanto en las formas, los temas y los materiales utilizados. Lo que siempre queda es la ironía y la sátira con que los artistas recrean escenas cotidianas de la sociedad del momento.