El nervio del viaje.

Publicado el 11 julio 2011 por Sebastianguajardo
Encuentro terrible la noche antes de un viaje, más aun cuando se trata del viaje que marca el inicio de tus vacaciones.
Después de mi súper crítica a la gente que usa las denominadas “redes sociales” (en otra oportunidad me refiero a eso y por qué tengo ciertas restricciones al hablar de “redes”, “sociales” y juntarlas para formular un concepto entero) para compartir el minuto a minuto de sus vidas, me voy a pegar un post de esos medio “Hello, I’m an open-book” y espero que mucha gente lo lea porque 1. Me toma tiempo escribir, 2. Su click podría llegar a ser mi sueldo, cuando me descubra un editor bacán (remítase al artículo que salió en La Tercera el sábado o domingo, ya no me acuerdo o bien a las palabras de la Javiera Mena para ¡Crash, Boom, Bang!) y 3. Soy de esos a los que critico, me molesto
La historia va más o menos así:
Con Roberto decidimos tomarnos vacaciones esta semana aprovechando que en agosto vuelvo a clases en la universidad y a él se le acaba la licencia que le estaban dando por caga’o de la cabeza. Es la fecha ideal… Siempre nos hemos tomado las vacaciones en invierno. Y lo mejor es que aun tengo dos semanas adentro, guardadas para cuando se me manifiesten las ganas de no trabajar y hacer una laguna en mi asistencia. Pero una laguna fundamentada y lícita.
En esta oportunidad el destino elegido es Villarrica. ¿Por qué? Ni idea de cómo explicárselo, señor/ita/a lector/a.Para agregarle un toque diferente al asunto, nos sumergiremos sobre las incomodidades de no tener hospedaje común y silvestre y hacer del auto nuestro albergue: Dormiremos, comeremos, conversaremos, fumaremos, emos, emos, emos adentro del cuatro ruedas salvo el último día en Villarrica porque queremos estar bien repuestos para viajar al otro día a Mulchén, donde la Luga que está de cumpleaños [y es aquí donde hago una pausa porque acabo de acordarme que no empaqué unas lindas chapitas que hice para llevarnos un souvenir del evento y la correspondiente tarjeta de felicitaciones que también hice yo ¿no ve que ahora me las doy de diseñador?].

Ok. He vuelto.
La cosa es que vamos a pegarnos un viajecito con un campamento móvil.
Pero lo que nos convoca en esta oportunidad es el puto nerviosismo del que debo hacerme cargo la noche anterior al viaje (o sea ahora, cuando escribo, no cuando lee).
No me gusta dormir por la noche, existe una probabilidad muy alta de no despertar a la mañana siguiente a la hora en que suene la alarma del celular y eso significa, en corto, que pierdo la plata de los pasajes… Si igual vivo lejos del terminal y tengo que levantarme como 3 horas antes para estar llegando justito a la hora en que sale el bus ¡Y antes tengo que confirmar la hora y pedir el pasaje en la oficina!.Como siempre viajo por la mañana, tengo que mamarme el taco cuando la micro está llegando a la Alameda, tengo que ir de pie, apretuja’o y con una puta maleta gigante en una micro que no tiene de dónde afirmarse y se mueve entera, tengo que intentar entrar al Metro con la misma maleta y bancarme el frío. Lo bueno es que viajo de día, como a mi me gusta.Y siempre me digo “Nah, si duermo en el bus para recuperar el sueño”. Ya se imaginará, fiel lector/a que no duermo más de 2 horas en un viaje de 6.La otra es que me da nervio el hecho de tener la maleta abajo y que se la pasen a otra persona. Me gusta pelear, alegar weás y qué sé yo pero ¿Alegar por ropa y cremas varias? Jajajajajaja. Sí, hay muchas cremas en mi maleta y unas lindas prendas de ropa que puestas en mi no se lucen mucho.He escuchado y leído casos muy cuáticos de pérdida de maleta y cómo las empresas no se hacen responsable.
Pero una de las peores cosas que me puede pasar en este momento y que me tiene los nervios de punta es el hecho de viajar en Tur Bus.Ahí sí que me entra la película de Sci Fi a la cabeza de manera brutálica. Todos cachamos que la empresa no tiene buen historial y que para las encomiendas son nega’os.Entonces me pregunto si llegaré vivo, entero, consciente, turu, turu, turu, a mi destino.¡Soy tan niña!.
No sé si sean buenos o malos los nervios en el siguiente punto pero, de que son los nervios más lapa, lo son.Cuando estoy a punto de viajar, viajando y llegando a destino, sé que Roberto estará ahí esperándome y que tenemos que saludarnos, tocarnos, olernos, etc. Es cuático cómo aun después de 4 años siguen vivas las mariposas en el estómago y la sensación esa que te cohíbe y no te permite reaccionar adecuadamente, no te permite hacer o decir cosas inteligentes y sólo atinas a pegarte una sonrisa weona y levantar las cejas cuando estás a la incómoda distancia en que si dices algo no se escuchará pero tampoco puedes hacerte el weón porque la otra persona ya sabe que la vista y que vas hacia ella.¡Soy tan teenager!.
Pero lejos, lo peor de todo, es que es una instancia que se ha ido planeando desde hace tiempo y crees que todo saldrá como lo planificaste, incluso la vendedora de cachitos a mitad de camino… ¡PERO SIEMPRE TODO CONFABULA CONTA TUS PLANES!.¡Soy tan desafortunado!.
Recomendaciones prácticas.

Lo que no puede faltar en su equipaje:
-Reproductor de música con la máxima carga.
-Celular con la máxima carga (y algún saldito poco para ir revisando el Facebook y lo que otros publicamos).
-Unas 10 luquitas en efectivo por si las moscas.
-Agua y comida.
-Lectura.
-Ropa en capas por si hace frío o calor en su destino. También puede revisar el tiempo en www.meteochile.cl -Perfume y crema para cuando llegue a destino.

Lo demás es accesorio. 

Fue un placer y nos estamos leyendo cuando vuelva con la bitácora y los datos útiles.C-YA!

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