Hace dos semanas o así que volví a la biblioteca. Días antes hablé con unos amigos sobre un libro: “El nombre del viento”, el primero de una trilogía de Patrick Rothfuss. Ya había oído hablar de él con anterioridad, y muy bien además, por lo que fue lo primero que le pedí al chico. Cuando vi el tamaño, me preocupaba que no me fuera a interesar o que entre unas cosas y otras tardara más del tiempo establecido para leerlo, pero para nada… hacía mucho que no me zampaba un libro como me he llegado a zampar este. Leía sin parar, preferí dejar de ver vídeos y de parar de jugar solo para acabarlo.
Para empezar, os dejaré la sinopsis como siempre: “He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Me llamo Kvothe. Quizás hayas oído hablar de mi.”
Sé que dice poco esta sinopsis, pero creo que es suficiente para ver que el protagonista tiene una vida llena de aventuras. Y así es, el chico no para. Cuando no se mete él mismo en un lío, pues no pasa nada, ya le meten los demás en alguno, bueno, más bien su antagonista.
Sinceramente, me he enamorado de este libro, es de mis favoritos. Para empezar, es interesante la forma en que se construye la novela porque es una historia dentro de otra, es decir, el protagonista cuenta su propia vida a otras dos personas. Hay interludios donde se interrumpe momentáneamente la aventura o las hazañas del chico para volver al presente, donde Kvothe vuelve a ser el posadero en el que se ha convertido. Esto para mí ya es más que interesante, nunca leí algo así y me resultó muy curioso porque no se hace complicado ni pesado.
Por otra parte, es un mundo completamente ficticio; hay “magia”, pero no como la que conocemos, es mucho más complicada, aunque se termina por comprender. Además existen seres muy dispares y una historia de ese mundo de la cual te vas haciendo partícipe. Es mejor que estudiar la historia de los institutos, os lo aseguro.
Y a pesar de lo anterior, es lo más cercano a la realidad. Se nota (al menos yo lo he notado) en que no todo va a salir perfecto aunque lo pueda parecer a primera vista. La vida del protagonista da muchísimos tumbos como para que el lector no se dé cuenta de que es demasiado real. Nos podría pasar a cualquiera, es más, me apuesto la cabeza a que ha habido casos muy parecidos en nuestro mundo. Esta parte es la que más me agrada porque todo es muy natural, como las típicas leyes de la vida por las que todos tenemos que pasar alguna vez.
Encima hay muchos personajes y todos muy interesantes. Cada uno tiene un toque que te ancla a su personalidad. Por ahora no tengo nadie que sea mi preferido porque me encantan todos. Y lo más importante es que vas a saber que te puedes echar unas risas con determinados personajes. Al igual que vas a cabrearte en el momento en que aparezcan otros.
No tengo pega alguna con este libro. Es de lo más completo que he podido leer desde hace mucho tiempo. Lo comparo mucho con “El médico” de Noah Gordon porque, como os digo, representan mucho la realidad y el paso del tiempo, a pesar de que “El nombre del viento” sea un mundo lleno de magia.
Si tuviera que calificarlo lo haría con un 10. Es un libro de los que merece la pena lucirlo en la estantería.