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¡el... oh, mar!
Publicado el 10 junio 2012 por Nikologarcia
RECUERDO QUE FUE,
POR PRIMERA VEZ,
POR ALLÁ
POR LOS CONFINES DE CHARAMBIRÁ,
EN MI
DESCUADERNADO
Y EXPÓSITO CHOCÓ,
DONDE TUVE YO
EL AGRADO,
LA FORTUNA DE CONOCER
EL SEMBLANTE LOZANO
DE LA MAR;
CON SU TRANSPARENCIA ANGELICAL.
ME GUSTÓ DEL MAR
VERLO AGITADO EN SU CAMINAR;
Y,
ADEMÁS,
EL PODER PERCIBIR
SU MELÓDICO CANTAR.
Y MUCHO MÁS
EL VER SU ENIGMÁTICO CUERPO SUBIR
Y BAJAR.
AL INICIAR
A CONTEMPLARLO,
ME QUEDÉ EXTASIADO,
POR CULPA DE ESA ESCENA
EMBRUJADORA, ESPLÉNDIDA.
HUBO UN MOMENTITO
EN EL QUE SENTÍ
QUE ÉL ME HABLABA,
QUE ME DECÍA:
“¡ERES BIENVENIDO,
AMIGO!
ABANDONA LA PLAYA
ENSEGUIDA,
Y VEN A ESTAR CONMIGO;
CORRE,
Y SUMÉRGETE EN MIS ENTRAÑAS,
Y NO COLMES
DE ZOZOBRA TU ALMA,
PORQUE TIERNAMENTE TE ACARICIO”.
Y, EN VERDAD,
ASÍ FUE;
EL MAR SE PORTÓ MUY BIEN.
ES POR ESO QUE CADA VEZ,
CUANDO TENGO CONTACTO CON EL MAR,
SIN PENSARLO UNA Y OTRA VEZ,
EN SU TÁLAMO ZIGZAGUEANTE,
ME VOY A REFUGIAR...
YO,
EN NINGÚN INSTANTE,
AL MAR LE SIENTO
TEMOR;
SINO,
QUE LE TENGO
MUCHO, MUCHÍSIMO RESPETO,
PROFUNDA ADMIRACIÓN;
PUES, ES UNA PERSPICUA VERDAD
QUE TODO UN BENEMÉRITO SEÑOR
ES EL MAR...
¡EL... OH ,MAR!