Soy el primero que disfruto cuando no tengo nada que hacer, o mejor dicho, cuando no hago nada. Pero para eso necesito tiempo libre.
En efecto, puedo parar lo que estoy haciendo y ponerme en blanco pero reconozco que entonces me vienen las recriminaciones: deberías estar haciendo esto o lo otro, eres un vago, etc,etc,etc.Tal vez otro día analice esas voces interiores pero hoy me centraré en lo que puedo hacer para que cuando pare, pare de verdad. Es decir, con la satisfacción del deber cumplido y sabiendo que me regalo un tiempo de vagancia, sin atormentarme por ello. Está claro que a esto se le llama organización y planificación. Tal vez suene un poco marciano pero si nuestras actividades del dia las acometemos conplanificación y organización, resulta que nos queda un montón de tiempo libre. Aunque sean ejemplos un poco extremos, está claro que no debemos quedarnos mirando la lavadora mientras está en marcha y hasta que acabe (bueno, salvo que ver girar el tambor de la misma nos produzca un placer especial). O no podemos ir seis veces al mismo sitio a coger cosas, o no podemos tener a un equipo de personas mirándonos cómo trabajamos mientras esperan órdenes. No es muy difícil parar y pensar. Es decir, al comenzar el dia, dedícale cinco minutos no sólo a repasar las cosas que tienes que hacer sino también, y esto es lo más importante, en qué orden puedes acometerlas y si hay cosas que puedes solapar, es decir, hacer a la vez.Puedes tener que trabajar y poner la lavadora. Piensa que harías antes. O tal vez leer un libro mientras vas en el transporte público, o aprender inglés mientras conduces, o recoger la habitación mientras el ordenador se pone en marcha… Esto no es como en las matemáticas pues aquí el orden de los factores sí que altera el producto. ¿Cómo te sentirías si dispusieras de tiempo libre? ¿Qué cosas puedes hacer simultáneamente?