Yo sabía que el plátano es muy bueno para que el cuerpo se reponga después de una desvelada. También, que mi bisabuela murió de una congestión por comer muchos plátanos en la noche.
Luego supe que las heces fecales de los bebés que comen plátano, parecen tener lombrices. Si mi abuela no me cuenta que la primera vez que le dio plátano a su hija mayor, le llevó el pañal sucio al pediatra, quien con toda cortesía le explicó que así pasa con el plátano, me habría dado un susto.
Así que el plátano y yo nos hemos ido conociendo mejor. Ahora sé que también la cáscara se come.
¡Pero qué sucio es! Nada, fuera del mundo de las grasas, produce peores manchas. ¡Y cómo se pega! En cualquier superficie o material; es muy difícil quitarlo de la ropa. Se convierte en una especie de moco poderoso y aferrado.
Silvia Parque