Revista Talentos

El pájaro kandowei

Publicado el 22 agosto 2013 por Gogol

El kandowei es un pájaro muy astuto. En cierta ocasión se encontró con el búfalo en la orilla del mar, y empezó a jactarse, diciendo: -Si yo quisiera, podría beberme toda el agua del mar y dejarlo seco.
El búfalo, bobo por naturaleza, solamente replicó:
-Si tú puedes hacer eso, mejor lo podré hacer yo, que soy mucho más grande que tú.
-Eso es lo que yo dudo -respondió el kandowei -, pero, de cualquier modo, mañana podemos hacer el experimento, viniendo a este lugar.
Según lo convenido, al día. Siguiente, por la mañana, . volvieron a encontrarse en la bahía, junto a la orilla del mar .
. -Vamos a hacer la prueba ahora -dijo el astuto kandowei-.
Empieza tú a beber el agua de esta bahía, y después, que lo hayas hecho. Podremos andar sobre la tierra seca del mar.
La bahía estaba cercada de montes y altas rocas y precipicios, que impedían ver el ancho mar; y, por esa misma razón, el pícaro kandowei había escogido dicho lugar para hacer aquel experimento.
En aquel momento empezaba a subir la marea, y el tonto búfalo comenzó a beber el agua del mar. Bebió agua y más agua hasta casi reventar, pero precisamente, en vez de disminuir , cada momento aumentaba mucho mas . Cuando cansado de beber, y viéndose vencido, hubo de confesar al kandowei su impotencia para continuar bebiendo más agua del mar.
-Veamos ahora si tú puedes, y si llegas a conseguirlo, yo, desde este momento, me entrego a ti como esclavo para toda la eternidad; pero ya está visto que esto es imposible.
El astuto kandowei respondió, riéndose:
-Nada más fácil que beber toda el agua del mar; espera un poco y verás cómo lo hago.
Efectivamente, el kandowei esperó a que empezara a bajar la marea, Y entonces, metiendo su pico en el agua como si estuviera bebiendo, contemplaba cómo ésta se iba retirando. A medida que bajaba la marea, se adentraba, con el pico metido en el agua, hasta que bajó del todo, quedando seca la bahía; y como los precipicios impedían ver el ancho del mar, el carabao creyó sencillamente al kandowei, entregándose como su esclavo por toda la eternidad, según lo convenido.

-Veo que has cumplido lo que prometiste -le dijo al entregarse. Desde entonces, el pájaro kandowei, posándose sobre el ancho lomo del búfalo, se encuentra como en su propia casa, sin miedo, saltando y bailando en torno de él, y volviéndose a posar, sin que pueda molestarse. Unas veces vuela para cazar las moscas, que zumban y revolotean alrededor de sus grandes ojos; otras se entretiene en comer los insectos y gusanos que se posan encima, mientras se halla debajo del agua sucia, y el búfalo se encuentra sumiso y obediente al kandowei como su esclavo, porque lo conquistó en buena lid.

Cuento anónimo Malayo

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Etiquetas: Cuentos, Historias cortas, leyendas


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