Así que como la lluvia nos dio ayer por la tarde unas horitas de tregua, nos fuimos a ver cómo estaba el pantano que abastece de agua la ciudad (y a estirar las piernas, dicho sea de paso, que no hay manera de disfrutar de la naturaleza con tanto llover)...
Está claro que una imagen vale más que mil palabras, a rebosar... y con la presa abierta. Espero que el próximo verano no tengamos que sufrir esos cortes de agua que tanto fastidian.
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