Aquí os dejo el párrafo enviado por Elizabeth H. Jorge, que se ha llevado el par de libros. ¡Enhorabuena!
De repente, ambos sin mediar palabra alguna , y con una fugaz mirada parecían complices del amenazante destino. El pijo conductor pisó el freno de golpe y detuvo el coche frente a un motel de carretera. ¡Vamos! – repitió incesante -, es hora de poner las cartas sobre la mesa, amigo. Alex hizo un ligero intento por encontrar su navaja. Ambos bajaron del coche. Quiero la mitad de los beneficio -continuó-, ¿acaso no se trata de negocios?.
Alex no daba credito a las palabras de su secuestrado. – No son negocios, y si lo fueran no estás en posición de poner reglas. Marcos se avalanzó sobre él y vertiginosamente quitó la memoria de sus manos. Sacó la navaja y con tono amenazante gritó: A partir de ahora soy yo quien pone las normas, amigo.