El sábado por la mañana decidimos salir a pasear al río, para los que no vivan en Valencia, el río no es un río, es el antiguo cauce del río Turia, hoy convertido en jardines. Importante saberlo porque la primera vez que puse un pie en Valencia me dijeron, "hala, nos vamos al río a ver el castillo". Y ni río ni castillo, el río era un parque de unos diez kilómetros de largo, y el castillo era ni más ni menos que los fuegos artificiales.No voy a contar sobre los momentos previos a la salida porque todas las mamis sabemos todo lo que implica el poder salir por la mañana, dejando la casa organizada y la comida a punto para preparar lo justo a la vuelta. No es lo mismo salir cuando sólo has de pensar en ti o en ti y tu pareja a cuando hay niños.
En nuestra casa salir tiene sus pasos. No salimos al mismo tiempo el Piojo y su colega canino, porque se emocionan cuando salen a la calle, uno corre y el otro detrás de él, porque no lo deja ni a sol ni a sombra.Así que primero baja el papá del Piojo con el canino y al par de minutos cuando ya están instalados en el coche bajo yo con el Piojillo.
La mañana del sábado estaba ideal para pasear. El cielo estaba completamente azul y teníamos una temperatura de 25º, que para estar en invierno es una temperatura muy alta. Llegamos los cuatro al río y tras llegar a la zona destinada a los perros soltamos a Gabo. Gabo pasaba de la pelota sólo quería estar con el Piojo, así que allí donde iba el Piojo lo seguía. Así durante un rato, hasta que las tornas se giraron. Gabo comenzó a subir por los muros y saltar y el otro quería hacer lo mismo. En un pis pas el Piojo se había convertido en Spiderman y trepaba por los muros con una agilidad increíble.
Visto que el canino estaba comportándose muy bien. Haciendo caso a todas nuestra ordenes y pegadito al Piojo todo el rato nos atrevimos a seguir el paseo cerca de una laguna con patos, zona por la que habían muchos "GABOOOOOOS". El Piojo alucinaba viendo a tanto perro correr de un lado para el otro, de ver como su colega jugaba con todos los perros. Y de pronto ocurrió lo que tenía que suceder Gabo hizo un "al agua patos" y allí estaba nadando en medio de los patos mientras el Piojo decía patos patos patos...cua...cua..cua...
