Revista Literatura

EL PASO DEL TIEMPO ( II ), Por Fernando Sabido Sánchez

Publicado el 07 junio 2010 por Fernandosabidosanchez
EL PASO DEL TIEMPO  ( II ), Por Fernando Sabido SánchezMecánica de la atracción. Pintura de Mariela Dimitrova (Bulgaria).
I
Me traes tus manos
arrancadas de la tierra
a través de la noche
del viento y del amor
manchadas por un mundo
endurecido y áspero
que derrama vino añejo
sobre las abejas
Las tomo entre las mías
y me moja el sudor frío
que intenta devolver la furia
de la sangre
al corazón cien veces malherido
por las amargas impurezas
de la miel
II
Tu alma a contraluz
nunca comprendida
sola
no hay flores en el mundo
para nadie
salvo para los muertos
Te recuerdo con las alas rotas
en el silencio de tus noches
para ti, sola
fuego que poco a poco se apaga
sin calentar un amor
ni a los sueños
Tu alma libre
para ti
a solas
III
De nuevo quieres que vuelva a nacer
pero soy demasiado viejo
desde que escribiste mi primera aventura
y haberme asesinado resultaría más creíble
Para qué me reinventas
si permanezco inmóvil sin saber el argumento
mientras alzas la vista del ordenador
pensando que la historia es demasiado aburrida
para conseguir un segundo best-seller
IV
No hay nadie que te ofrezca amistad duradera
resuelta a vivir bajo la superficie turquesa del cristal
alimentándote de los pétalos salvajes del pan ácimo
Ha llegado la hora y sacudes tus manos temblorosas
arañando al sollozo más allá del sollozo
y expulsas al respirar el aire helado de tu corazón
V
Ha llegado la hora
de destruir todos los relojes
y crear el mundo de nuevo
incluso sin usar el sol
Habrá que reinventar la electricidad
para saber que hemos agotado
los recursos naturales
e incluso de las tormentas caerán
rayos helados
que nos impedirán imaginar el fuego
Estamos desnudos y los últimos pájaros
arrojan pétalos negros
en el seco lecho del Amazonas
VI
Sigo buscándote cada noche
cuando en la casa
cesa el rumor de las ventanas
y las quemaduras levantan
alambradas de acero
que tratan de apresar
los gemidos del insomnio
¿Recuerdas?
cada noche a las doce
explotaban las estrellas
gritábamos mil veces
a la espera de un latido
de la lluvia azul de los cristales
o de un soplo súbito
de eternidad
suspendida en la luz ferviente
de los besos
En mi corazón
no hay olvido ni sueños
la luna se oscurece
envuelta en la ceniza
para no alumbrar
los helados laberintos
de tu ausencia

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