Revista Diario

El Patriarcado, una Moledora de Carne

Publicado el 04 junio 2012 por Nasreen_amina
El Patriarcado, una Moledora de Carne

Hey! Profesor! Deja a los niños y niñas en paz!

Tengo la suerte de tener una amiga como Mariana de Pinto. Cada vez que viene a visitarme, recibo una buena noticia. Además, en cada una de sus visitas, nos dedicamos a desmenuzar nuestra experiencia como feministas. Porque el feminismo es, básicamente, eso: La lucha por el reconocimiento de la propia subjetividad.

Tomábamos mate y escuchábamos Pink Floyd. Me encanta Pink Floyd, tiene una canción para cada uno de mis estados de ánimo. Luego que Mariana se fue, me quedé pensando en la película The Wall y en cómo lo que denuncia sobre la educación, puede ser aplicado perfectamente al Patriarcado. Claro, el sistema educacional es su más poderosa y eficaz herramienta de promoción y reproducción. Y esto, Porqué? Por que la educación es necesaria y nadie se salva de ella. Estamos destinados, desde que nacemos, a 12 años promedio de insistente propaganda de subyugación para modelar nuestras almas; vamos a formatear nuestras cabezas con la ideología patriarcal, de la misma manera en que los niños y niñas de la película caminaban el fila hacia la moledora de carne.

El Patriarcado es como el aire; está omnipresente; lo respiramos, con la diferencia de que su aliento no da alivio, si no que agobia con sus mandatos del deber ser, que repetimos sin cuestionar: “El rosa para las niñas, el azul para los niños”; “Las niñas pintan, los niños tallan”; “Estudiar, casarse, tener hijos”; “La maternidad es la máxima realización de una mujer”; “Un hombre es valiente,no llora”; ” No hay mayor amor que aquél que se sacrifica”; “Un hombre es fuerte, tiene que saber dar un golpe”; “Una buena mujer pone los deseos de los demás por encima de los suyos”;”El hombre de verdad es fuerte, agresivo, dominante”; “La realización personal de una mujer es ambición egoista”… Y así, vamos cayendo en el molino de carne del Gran Profesor de la Dominación, en la precariedad espiritual, social y económica, entregando el control de nuestras conciencias.

Pero ¿Qué es el Patriarcado el fin y al cabo? Según Dolores Reguant es una forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres; del marido sobre la esposa; del padre sobre la madre, los hijos y las hijas; de los viejos sobre los jóvenes y de la línea de descendencia paterna sobre la materna”. Pareciera a simple vista que favorece a los varones de la especie, pero no es tan así: En el sistema de privilegios otorgados a los hombres por sobre las mujeres, ellos también pierden, porque el poder siempre tiene un costo.

El Patriarcado nos oprime a todos, mujeres y hombres, porque devora nuestra subjetividad, nuestra libertad para definirnos, desconstruirnos y crearnos a nosotros mismos, más allá de roles y expectativas externas.

No necesitamos más educación, necesitamos Liberación. Esta liberación ocurre cuando las personas miran dentro de sí mismas, en lugar de buscar su propio reflejo en otros y otras; liberarse es un ejercicio de subjetividad, de reconocerse, según el propio criterio, masculino o femenino y siempre singular, ya que nadie es igual a nadie; y siempre plural, ya que en la diversidad compartida radica la verdadera convivencia social.

Liberarse de la dominación de la ideología patriarcal, implica conocer con exactitud los componentes del aire que nos hace respirar; es un estado de alerta a través del sentido crítico constante. El Patriarcado, nos ha educado para reproducir su binomios Poder-Subyugación, Visible- Invisible, Fuerte-Débil, Activo-Pasiva. Ha entrenado a las mujeres especialmente para que multipliquen y defiendan ciegamente su ideología de la dominación, para a ser un ladrillo más en su muro.

Y el muro se derriba de un ladrillo a la vez … porque no somos carne, si no humanas. Hey!!, Profesor!! deje a las niñas en paz!!!


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossiers Paperblog

Revistas