El aspartamo es un edulcorante considerado como perfecto sustitutivo del azúcar, ya que además de no tener calorías, endulza unas 200 veces más que éste.
Pero, ¿de dónde sale el aspartamo? Este componente se elabora a raíz de la combinación de dos aminoácidos: el ácido aspártico y la fenilalanina (añadiendo también una pequeña dosis de metanol, también conocido como alcohol metílico o alcohol de madera).
Ambos aminoácidos los contienen, de forma natural, todos los alimentos que contienen proteínas (por ejemplo, alimentos con proteínas de origen animal: carne, pescado, huevos o productos lácteos; o alimentos con proteínas de origen vegetal: legumbres, verduras, frutos secos o cereales).
Con respecto al metanol, se encuentra también de forma natural en el organismo del cuerpo humano, además de en muchos otros alimentos. El metanol contenido en el aspartamo es idéntico al metanol producido en cantidades mucho mayores en muchas frutas, vegetales y en sus zumos. A modo de comparativa, un vaso de zumo de tomate contiene casi seis veces más metanol que un vaso de refresco que contenga aspartamo.
Y es que mucho se ha hablado del posible efecto perjudicial del aspartamo para el ser humano, pero es importante tener en cuenta que en nutrición, las cantidades de ingesta de las que se habla. La EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) y la FDA (Administración de Drogas y Alimentos Estadounidense) confirman que la ingesta diaria admisible (IDA) establecida para el aspartamo es de 40 mg/kg pc/día.
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