Por fortuna ya no hay pérfidas enfrente y sesenta años después de la mitología de Zarra en el campeonato brasileño de 1950, España está a un escalón de la final. La última Eurocopa disparó la esperanza, pero no se olvide el páramo durante seis décadas de desengaños, lo que amplifica el éxito de este equipo. Quizá ya no toque los violines como acostumbraba. Ahora compite, porque los Mundiales llevan al límite y no admiten renglones torcidos, los peajes son carísimos. (...)________________________________
En este torneo no hay alfombras para nadie y todo exige una meticulosa digestión. La selección de Del Bosque está cuajada, se soporta en los peores momentos, como ayer durante una hora de juego gástrico, pero tiene una segunda velocidad, registros de sobra para escarmentar a tiempo. Y, sobre todo, cuenta con Villa, un filón en un torneo con los delanteros secos. La secuencia se repitió: la selección conecta una vez con su pasado reciente, por un instante se dan bola Xavi e Iniesta y de las banderillas se encarga el goleador asturiano. España tiene delante una cita con Alemania, su víctima en Viena, pero que ya no tiene el mismo cascarón. Será el penúltimo piso hacia una gloria que ahora parece tan cercana como hace apenas dos años solo parecía una quijotada. (....)
España está donde nunca, compite mejor de lo que juega y así ha llegado a un paso de la cima. Sesenta años de espera ya no parecen nada. Entonces, trece equipos se disputaron la Copa de Brasil. Ahora han sido 32 y con eliminatorias. Nada que ver, lo que no rebaja un ápice la gesta de Ramallets, Basora, Zarra, Gainza y demás. Pero esta España está como nunca.
Por crónicas como ésta de José Sámano sigo creyendo que el periodismo deportivo español tiene calidad. Es una genialidad al alcance de muy pocos. Demuestra que no es necesario recurrir a los topicazos de siempre. Nos muestra que el gran periodismo también es posible en días de cambio como los de que hoy vivimos y en una sección tan maltratada en los últimso tiempos. Ante crónicas así, sólo hay que leer y disfrutar.