
Uff, sigamos con la historia del fin de semana... Desde bien pequeñajo le han atraído los perros, gatos y cualquier bicho viviente. Bueno, las moscas no, no las soporta, je je je je. Evidentemente, el hecho de estar creciendo junto a su colega hace que le gusten los animales de una manera especial. Lo cierto es que no hizo más que ver cojear a Gabo y empezar a decir mamá, Gabo, pupa, Gabo,pupa y cuando me di cuenta Gabo estaba tumbado en medio del salón mientras el piojo lo embadurnaba en crema al ritmo del sana sana culito de nana (rana).....Él le ponía crema y Gabo se la chupaba, entonces el piojo se enfadaba y se la volvía a poner cantándole de nuevo la canción. Media hora les duró el juego hasta que decidí quitarle el minúsculo bote de crema porque de pronto la tele, los cristales y demás muebles tenían pupa y los estaba untando en crema!!!