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El Poder de inlluencia de las sectas.

Publicado el 12 septiembre 2017 por Jorgapp
El Poder de inlluencia de las sectas.Cuando te enfrentas con el sectarismo, piensas que esta gente por sí misma no tienen ninguna importancia. Pues se encuentran reducidos en reductos muy específicos, en los que se reúnen, para compartir y llevar a cabo sus normas, ideas y actitudes sectarias. Piensas que tu estas confortablemente instalado en tus ideales, en tu sociedad tolerante y en la libertad de la que disfrutas. Pero desconoces que al sectario, al fanático, esa misma idea tuyas, de las que disfrutas en el día a día son lo que no le gustan. Tus ideas le incomodan, le producen sarpullidos. No entiende cómo puedes ser una persona que es feliz sin ser sometido a un montón de normas, reglas e ideas, que son de obligado cumplimiento para la salvación del sectario fanático. El sectario concibe la vida, como una salvación, que tiene que tener lugar en una serie de normas y leyes, cuanto más mejor, que tienes que cumplir de la forma más perfecta que puedas. Solo así puedes salvarte, pero como eres un individuo que aspira a la salvación, piensas que esa salvación también es necesaria para el resto de la humanidad. Sería un absurdo según ellos no salvar no intentar salvar a la humanidad. La inmortalidad bien entendida como disfrute del cielo en la otra vida tiene que ser extensible a la gran mayoría de la humanidad. Según entienden los sectarios, pero no como una gran mayoría que se da al amor y las bienaventuranzas. Al sectario el amor y las bienaventuranzas le traen al fresco, le importa más bien poco o nada. Lo que le interesa al fanático de cualquier movimiento, es que cumplas las leyes y las normas a rajatabla, de la forma más precisa, sin concesiones, entregándote a la causa. Al sectario no le importan tus ideas, tus ideales ni aspiraciones, le importa el nivel de compromiso que tú tienes con sus fanáticas normas e imposiciones. Si demuestras una lealtad más allá de lo razonable, entonces tendrás el reconocimiento de ese dogmatismo en el cumplimiento del deber fanático. Te darán parabienes, serás reconocido como uno más, tu recompensa la salvación, un infierno en vida. El cumplimiento exacto de las normas, leyes y caprichos del líder. Porque esa es otra de las características de todo buen sectarismo, la entrega total y cuando digo total es total, en cuerpo, alma y espíritu a la figura del líder iniciador de la secta. Da lo mismo que esta sea religiosa o no religiosa. La cuestión es el cumplimiento íntegro de las normas y leyes impuestas dentro de la organización. Si por ejemplo la organización sectaria, junto con su máximo líder imponen la norma que para hacer el amor los esposos en la cama, es necesario que dentro de la habitación donde se vaya a producir el encuentro carnal, sea necesaria la presencia de una cabra dentro de la habitación berreando todo el rato, hasta finalizar el acto, pues se acepta la norma y la cabra. Es por eso que no me gustan los sectarios ni los fanáticos. Vengan de donde vengan sean estos religiosos o no religiosos, me da lo mismo. Fanáticos los tenemos por todas partes, incluso en la economía, hay quien piensa que trabajar como un descosido las veinticuatro horas del día es bueno para la salud y ves tú a intentar convencerle de que está equivocado. Acabaras pensando que eres el más gandul de los seres humanos que pueblan el planeta tierra. Porque te tratara de gandul insurrecto si intentas convencerlo de que trabajar las veinticuatro horas del día no es bueno para la salud. El pensamiento sectario lleva a que las organizaciones, de la índole que sean, se transformen en sectas. El punto de vista sostenido por las sectas siempre es arbitrario y acarrea división y conflicto. Las sectas están así al servicio del pensamiento sectario y éste responde a inquietudes que buscan satisfacerse con él y que finalmente dividen y confrontan. El sectario muchas veces se enfrenta a cara descubierta, pero en la gran mayoría de ocasiones, busca hacer el mal, sin ser detectado. Inventan sus propias historias, sus propias normas. Normalmente suelen ser arbitrarios, en sus relaciones con los demás. Anteponen sus caprichos y deseos personales, en la organización que los alberga o han fundado. El sectarismo el pensamiento sectario, funciona como una droga para quienes asimilan el fenómeno sectario, es muy difícil y complejo tomar distancia, del sectarismo y de quienes lo imponen. Normalmente la figura del jefe o de los jefes, suele estar mitificada, sobredimensionada. Conviene estar avisados de una circunstancia especialmente peligrosa, e incluso decisiva que es la siguiente: “Conviene que lo digamos con claridad. En el proceso de incorporación el engaño, la aplicación de métodos y técnicas que atentan contra las personas, no es el factor decisivo. El factor ideológico, el doctrinal, pesa igual que el de las conductas y, la mayoría de las veces, es el determinante del ingreso en las filas sectarias. Es decir, en las sectas no se entra por malas razones. En las sectas también se dan, en un elevado número, incorporaciones que obedecen a una decisión voluntaria, querida, con motivaciones que descansan en la conversión, en el seguimiento sincero de una enseñanza, un líder, una fe. A menudo especialistas y Centros dedicados al fenómeno sectario no dan la importancia que merecen las ideas y creencias, atendiendo sólo a los procesos metodológicos de propaganda y adoctrinamiento. Esto conduce a un vacío en los análisis y estudios de la problemática sectaria que, a mi juicio, repercute negativamente en su tratamiento.” Esto se da los fieles sectarios creen en sus propias mentiras, en sus propias farsas de vida, piensan que están haciendo el máximo bien a la sociedad y se consideran excelentes ciudadanos a sí mismos. Solo unos pocos de entre muchos se dan cuenta, de la falsedad, la mentira y la doble moral de las sectas sea esta del tipo que sea. Las sectas, dividen, enfrentan y separan, hacen el mal normalmente siempre a escondidas, sin ser vistos ni detectados, considerándose a sí mismos excelentes organizaciones sociales, económicos o religiosas. Hay que prestarle atención al fenómeno sectario su capacidad de mimetismo, ocultación e influencia en las sociedades es mucho mayor del que podemos llegar a imaginarnos nunca. El empleo abusivo de métodos de adoctrinamiento en donde se utilizan las armas de la persuasión sutil y de las técnicas de control mental son indicadores psicológicos que denuncian a tal o cual grupo en calidad de secta, independientemente de su ortodoxia doctrinal. "Para que te declaren persona non grata, no son necesarias tantas alforjas" ni tanta mentira. Las sectas de cualquier tipo e índole, son un mal para la sociedad en sí misma, se piense en la sociedad lo que se piense. El mal que hacen es un mal invisible a la sociedad, en la mayoria de las veces. http://http://elpinguinorecepcionista.blogspot/feeds/posts/full

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