El pozo de la sabiduría

Publicado el 06 enero 2011 por Guti

   Ya podríamos buscar por los parajes más lejanos y recónditos, que difícilmente encontraríamos unos exponentes más claros de ello que algunas personas que tenemos muy cerca de nosotros. "Viejos" les dicen. Yo los llamo "mayores", porque así es su saber: mayor.
   Esta sociedad de las prisas, la innovación y el cambio parece relegarlos a meros objetos de coleccionismo. Su antigüedad los incapacita para su uso y, a lo sumo, los exponen en vitrinas como retazos del pasado. Nuestros mayores no son personas de otro tiempo, son maestros del presente, y si supiésemos escuchar sus enseñanzas disfrutaríamos del valioso tesoro que nos ofrecen.
   Hace unos días, trabajando con uno de esos veteranos de mi profesión, se me abrían las carnes al oírle decir "perdóname, Eduardo, soy muy lento y te estoy retrasando".¡No, maestro, no! Tu haces tu trabajo como debes. Soy yo quien debe estar agradecido y me siento honrado de trabajar a tu lado.    No es justo hacerles sentir incompetentes para un trabajo por el que han entregado la mayor parte de su vida. Ellos son los que tienen el conocimiento y es el método actual el que debe adaptarse a ellos para que sigan aportando su experiencia y su saber. Respeto, sí, y mucho, por estas personas que han hecho grande mi profesión. Y es inmoral postergarlos. Siempre que ellos lo deseen, puesto que el descanso se lo han merecido, debemos hacer que el nuevo sistema de trabajo los admita no como uno más, sino como lo que son: instituciones vivas. Los madrugones, las prisas, las exigencias, las incomodidades, y demás, que se queden para los demás. Pero ellos merecen un mínimo de consideración.
   Sigo abriéndoles las puertas, cediéndoles el asiento, doy las gracias cada día por poder contar con ellos y les tengo un respeto reverencial por todo lo que nos aportan, como personas válidas, como profesionales irrepetibles, como POZO DE SABIDURÍA.