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“El primer amor”: Kieslowski y su apuesta por la vida

Publicado el 07 julio 2010 por La Mirada De Ulises

Acaban de ser editadas en dvd las primeras películas de Krzysztof Kiesloswki, agrupadas bajo el título de “Los Orígenes”. Una de ellas es “El primer amor”, realizada en 1974 en un tono documental y con la apuesta por la vida que siempre defendió el director polaco. En sus cincuenta y cuatro minutos de duración recoge los meses de una joven pareja que espera su primer hijo: ella es Jadzia, tiene 17 años y es estudiante en Varsovia; él es Romek, y con 20 años trata de encontrar trabajo y librarse del servicio militar. En la primera escena vemos cómo el médico atiende y examina a la adolescente embarazada y le recomienda no abortar, para después asistir al comienzo la nueva vida que espera a la pareja: formalidades para casarse o para conseguir que se les adjudique un piso de protección oficial; conversaciones de Romek con sus amigos sobre las responsabilidades que asumirá si se casa, o de una locuaz Jadzia con las suyas probándose vestidos que le vengan bien en su estado; sueños y planes de futuro al pintar lo que será su casa provisional, miradas que se les van detrás de los niños que corren por la calle, pensamientos que se agolpan sobre el nombre que le pondrán…

“El primer amor”: Kieslowski y su apuesta por la vida

El director de “Azul” recoge la vida normal y cotidiana de unos jóvenes enamorados que viven el presente y que permanecen abiertos a un futuro incierto. Es la Polonia comunista de 1974, con individuos sometidos a un control férreo y una fuerte presencia policial en las calles, con evidentes carencias en la política inmobiliaria y sanitaria, y con una ausencia de libertad y la sospecha siempre en el horizonte. Sin efectismos ni dramatismos impostados, Kieslowski recoge ese trozo de vida con mesura y respeto, valorando las nimiedades de la convivencia, dejando que el individuo decida los pasos que quiere dar sin importarle las conveniencias sociales. Él no es religioso ni su cine llega cargado de discursos moralizantes ni pensamientos únicos, pero estamos ante un cineasta interesado por el hombre y por su dignidad, que entiende que la felicidad se construye sobre el amor y sobre el respeto en un clima de libertad, que no juzga al individuo –ni a sus personajes– y que le deja a solas con su conciencia.

“El primer amor”: Kieslowski y su apuesta por la vida

Para “El primer amor” la cámara rodó en 16 mm todo lo que parecía significativo en la vida de esos adolescentes –unos 35 días a lo largo de ocho meses de rodaje–, procurando no matar la frescura en el día a día… aunque no faltase la puesta en escena y no traicionando la realidad con esas situaciones provocadas en el rodaje, intentando recoger la espontaneidad de un amor que nace y crece –el de ellos en medio de las dificultades, y el del bebé entre tantas presiones para abortar–, reflejando la angustia y la dicha en el mismo momento de la boda –es patente la emoción de una Jadzia llorosa– o del parto: en ambos casos, el rostro de la joven es espejo de la vida real que se abre paso, recogida por el equipo técnico de Kieslowski que se apostó en el Hospital al que iría Jadzia cuando le llegase el momento; son instantes felices referidos literalmente a esa nueva criatura que nace y transforma a la pareja, pero que también admiten una lectura política para una sociedad polaca sumida en la desesperanza.

“El primer amor”: Kieslowski y su apuesta por la vida

Entre Romek y Jadzia las relaciones van poco a poco cogiendo fuerza y madurez sin perder por ello sutilidad, y el bebé que aún no ha nacido les une a pesar de algunos malos momentos en su convivencia. En “Le Cinéma et moi”, Kieslowski afirma que nunca quiso inventar historias de ficción cuando la vida se las ofrecía aún más interesantes, que en este caso “se trataba de la idea del vientre de una mujer que, en un momento determinado, ha quedado encinta, y nosotros observamos cómo crece. La idea es que la masa fermente; se pone la masa en un horno y crece por su cuenta, incluso cuando no haces nada para que así suceda”. Crece el niño, crece el amor, y decrecen a la vez las dificultades y los problemas (o se ven de otra manera).

“El primer amor”: Kieslowski y su apuesta por la vida

La vida sigue, y en los últimos cinco minutos de la cinta, Kieslowski nos obsequia con los primeros días de los jóvenes padres en su casa… entre cuidados y atenciones al bebé, con un montaje rítmico y preciso propio de quien buscaba contar historias humanas con la imagen cinematográfica. Terminado el film, sabemos por el testimonio del director que Jadzia y Romek continuaron su vida de gente corriente, sin sufrir ninguna consecuencia por la película –gran temor de Kieslowski, que no quería que la cámara modificara la realidad ni a sus protagonistas (malas experiencias había tenido)–… salvo que con ello consiguieron un apartamento para vivir –fue una exigencia del director con la televisión para seguir rodando la vida de Ewa–, tuvieron otros dos hijos más, y se trasladaron primero a Alemania y después a Canadá.

“El primer amor”: Kieslowski y su apuesta por la vida

“El primer amor” fue un éxito televisivo inesperado, lo que le permitió que le financiasen el proyecto de filmar de manera indefinida… la misma vida: “Ewa-Ewunia” recogería la vida del bebé en tiempo real, desde su nacimiento hasta que ella misma diera a luz su primer hijo. Era un nuevo intento del director por capturar la verdad de la vida y sus misterios, y también una muestra del espíritu sincero e idealista de Kieslowski… que pronto se convirtió en algo inviable: a los cuatro años se vio obligado a abandonar al darse cuenta de que los padres habían empezado ya a actuar como intérpretes, mientras que él mismo había pasado involuntariamente a ser un director activo y protagonista. Poco antes, Kieslowski había rodado “La radiografía” –homenaje a su padre enfermo–, en la que buscaba filmar la muerte y bucear en la conciencia del que sufre en soledad. En ella y en “El primer amor” se descubre el amor del director por la vida, ya sea en sus primeros o en los últimos momentos, además de una especial sensibilidad ante el dolor y ante la privacidad de cada uno para conducir su vida, temas que alentaron una filmografía en defensa del individuo y de la dignidad de la persona.

En las imágenes: Fotogramas de “El primer amor”– © 1974. Potel (Televisión Polaca). Distribuida en España por Savor. Todos los derechos reservados.

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