Cuando se es tan chica y se vive en ciertas circunstancias, muchas cosas no pasan por tu cabeza, suceden sin haber ido tras ello, hoy les cuento como fue que a los doce años tuve mi primer trabajo en una marca de ropa infantil durante dos años y lo que esa experiencia me dejó.
Estaba comenzando el primer año de bachillerato, en las tardes me dedicaba al ballet clásico y las noches eran para hacer las tareas del liceo.
Para ese entonces vivía en un barrio de difícil acceso, mi casa estaba en la parte alta de un cerro, de manera que para salir y regresar a casa tenía que bajar y subir ese cerro mínimo dos veces al día, el que esas acciones fueran fluidas dependía del periodo del año, porque si era el periodo de lluvia, bajar y subir el cerro era tan intrincado como peligroso, lo mejor era no moverse y hacer frente a ese alud de barro y piedras que por ahí se desplazaban.
Llegar a tiempo al liceo o a las clases de ballet tomaba tiempo, primero bajar el cerro, después tomar la primera unidad de transporte que me llevara a una vía principal y luego tomar el autobús que me llevaría finalmente a mi destino, esto se repetía una y otra vez cada día.
En esta faena, un día llegué tarde a las clases de ballet, acercándome a la escuela, observo a mi profesora esperando en la puerta, ella tenía un carácter muy fuerte y era muy rígida, de esta manera, ella se ganaba el respeto de sus alumnos. Con este carácter, mi llegada tarde y ella esperando en la puerta, lo que realmente esperaba de ella era un buen regaño.
El castingEsperaba un regaño, pero ella me da un regalo.
En la puerta me informa que debo presentarme en una agencia de publicidad y presentar una prueba, ya que estaban buscando una niña para una publicidad de ropa.
Desde niña hasta mis años avanzados de adolescencia, vestía ropa que me hacía mi mamá, comenzó a coser con una máquina Singer, y en uno de esos momentos de dificultad económica tuvo que venderla y continuó cosiendo a mano. A veces, la ignorancia es atrevida, iba a un casting para una marca de ropa y yo me presento en la agencia de publicidad con ropa confeccionada por mi mamá, pero eso era lo mejor que tenía.
De repente, de un día para otro, sin haberlo deseado jamás, me encuentro entre el grupo de niñas seleccionadas para hacer un catálago de ropa y una publicidad para la t.v.
En aquel entonces, era una chica muy simple, no era agraciada, no sabía ser coqueta, mis compañeras de clase me decían que tenía que modernizarme, pero yo no sabía lo que significaba ser moderna. Así que, la selección no dependió de la gracia sino del prototipo, porque de la selección yo era la única morena.
El trabajoEse mundo era completamente ajeno para mí, cuando hablaba con mis compañeras, me contaban de sus experiencias previas en la publicidad. Ellas tenían gracia y experiencia, tal vez la gracia viene del conocimiento, en mi caso simplemente de ambas cosas carecía. En ausencia de gracia, mi respuesta era ser aplicada, en otras palabras, seguir instrucciones.
Dicen que todos tenemos un talento, en algo somos buenos, pero no yo, no tengo una gracia especial en algún área de mi vida, no destaco en nada, excavo para encontrar un talento, pero no encuentro ninguno. Me ha tocado dedicar mucho tiempo para aprender algo, me ha tocado estudiar y aplicarme, muchas veces ha funcionado y otras veces he tenido que renunciar.
Las sesiones de foto para el catálogo se llevó dos días y la publicidad para la t.v. un día completo.
No solo recibí mi primer salario, sino también dos ofertas adicionales de trabajo. La primera era una segunda publicidad en t.v. y la segunda, modelo maniquí en fábrica, iba a la fábrica una vez a la semana y me pagaban con ropa.
Término del trabajoNo busqué este trabajo, él me buscó a mí, mi mamá me hacía la ropa pero una marca de ropa buscó vestirme a mí, sin aspirar ser conocida, algunos me reconocían, no tenía gracia pero fui aplicada, no sabía qué hacer con el dinero que gané pero mis padres sí, y les fue de ayuda.
Una de mis compañeras, se hizo una actriz famosa, otra conductora de un programa de t.v. y a otras perdí de vista. Seguir en este camino no era para mí, pero me quedé con lo que aprendí, no importa si no tienes gracia para hacer algo, aplícate primero y hazlo de todas formas, algunas les sale natural y a otras con esfuerzo, da frutos y la mayoría de las veces funciona.
iHasta la próxima!