El problema de los recogelatas

Hoy quiero hablarles de un problema que está ocurriendo en nuestras calles, y que afecta directamente a la sociedad. Me refiero a los “recogelatas” como se les conoce popularmente. Hace poco, se han creado las cooperativas (empresas privadas) de materias primas. Su trabajo consiste en comprar toda la materia prima posible a la población (sobre todo latas) para vendérsela al Estado. Y aquí viene el problema. Lo que se pensó como acción de un sector reducido de la población ahora está siendo un “trabajo” muy común. Resulta que tenemos a medio país buscando latas en basureros, en las esquinas, en las alcantarillas; y llenando sacos.

Los basureros de mi ciudad (y me atrevería a decir que los de todo el país) son bastante desagradables; el olor a podredumbre se siente a lo lejos, hay ratas, desechos humanos y muchas cosas más que abundan en estos sitios. Nuestro país, en estos momentos afectado por numerosos casos de cólera y dengue, no se puede dar el lujo de tener a tanta gente nadando en la basura; dando una imagen popular de miseria y necesidad.

Estoy completamente a favor del reciclaje, es muy necesario sobre todo en Cuba donde se produce poco y se importa mucho; pero considero que el método usado es contraproducente.

Tengo una amiga travesti que por las noches trabaja en un bar y por las mañanas recoge latas. Cuando acumula bastantes las tiene que aplastar. Ella me cuenta que por cada saco le pagan 10 pesos cubanos (0,40USD). Créanme, la imagen de esta persona recogiendo basura es muy triste. Pero más lamentable es ver a los niños descalzos (como el de la foto) y a todos esos ancianos con edad de jubilación buceando en los latones basura sin ningún tipo de guantes ni medidas higiénicas.

Me gustaría hacer una propuesta que lograría reciclar mucho más y crear una conciencia social sobre el tema. Mi propuesta se basa en medidas utilizadas en otros países, pero ajustada a la peculiar realidad cubana. Afuera de los supermercados y sitios de comercio se pueden habilitar unos pequeños locales de reciclaje (operados por la cooperativa en coordinación con la dirección del lugar). Ahí se instalarían diferentes latones de colores diferentes, variando el color en dependencia de la materia prima a reciclar. Se dividirían en latas, cristal, plástico y cartón/papel.

La idea sería que cuando las personas fueran a comprar a las tienda de su comunidad llevaran las bolsas que previamente han llenado en sus casas con materias primas para reciclar. Luego la cooperativa le pagaría a cada individuo por lo recaudado. Esto se podría extender a cada cuadra, donde a una hora determinada pase un miembro de la cooperativa y los vecinos entreguen las bolsas. Esta iniciativa no requeriría de mucho presupuesto ni de grandes inversiones, sólo necesita un pequeño espacio en los medios de difusión masiva para enviar el mensaje y una pequeña organización a nivel de localidad.

No deseo ver a más personas rebuscando en el basurero de la esquina de mi casa, creo que esta situación que se está convirtiendo en viral tiene una solución efectiva y productiva.