Néstor Kirchner, o una versión de él muy parecida a un profesor de historia, se sentó frente a las cámaras de Canal 7 para defender su modelo, su ideología, su pasado, presente y futuro. El programa 6 7 8, hermano gemelo a TVR pero de alto contenido oficialista, fue el lugar elegido por el diputado para hablarle a la población.
Traicionando su estilo, recordemos que solamente una vez en seis años un Kirchner dio una conferencia de prensa, Néstor bajó a la tierra y defendió su proyecto de gobierno. Fiel a su manera de concebir la política, buscó un enemigo, colgó su foto contra la pared y la lluvia de dardos no tardó en caer. Entre Cobos y Magnetto (una de los tres principales cabezas de Clarín) el ex presidente se hizo un festín. Y en cierta medida tiene razón: una empresa multimediática no puede pedir a un gobierno que haga lobby a su favor, ni mucho menos ser la primera consulta antes de realizar políticas de gobierno. El caso Cobos termina de pintar lo patético que es el momento político argentino de los últimos 10 o 20 años.
Lo que resalta, es ver a Kirchner hablando fuera de la tribuna. O mejor dicho, hablando para gente que lo escucha. Sinceramente, y perdon si ofenden las siguientes palabras, no creo que en acto político el público presente escuche ni la mitad de lo que se dice. Sin embargo, aquellos que quisieron escuchar respuestas sobre temas de corrupción y escandalos similares se quedaron con las ganas. Más que una entrevista, lo de Néstor fue una clase de historia (reciente por cierto) que él mismo aclaraba a cada instante "esta es la verdad histórica". Las preguntas fueron mínimas, máximo dos por panelista en los 90 minutos del programa. Eso sí, el profe habló de todo. De todo lo que le convenía: relación con Clarín; su llegada al poder; cómo fue el momento de Cristina pre elecciones 2007; su política de DD.HH. Según los analistas de Perfil.com no se mencionó la palabra corrupción ni una vez, mucho menos se hizo referencia a Skanska, Fondos de Santa Cruz y otros hechos que tocan de cerca al matrimonio presidencial.
Este despacho y defensa, si se quiere, tiene cabida solamente en programas como 678. A grosso modo, 678 se transformó en el refugio y trinchera comunicacional del gobierno nacional. Con un formato muy trillado por estos momentos, sale al aire con tapes donde se recopila todo aquello que ataque al gobierno: principalmente imágenes y sonidos generadas por el Grupo Clarín. Sin embargo, la poca creatividad comunicacional y periodística, hace caer a la conductora y sus panelistas en los mismos errores que ellos mismos cuestionan y critican. Un ejemplo claro es el siguiente video. Con mucho olor a censura, el programa sufrio un corte mientras se hablaba del patrimonio presidencial.
Aquellos que no tuvieron la posibilidad de escuchar al profe acá están algunos resúmenes.