El profesor Lamin

No entiendo porqué pasa que, cuando una cosa que te importa se tuerce y como si de un mal truco de magia se tratase, comienzan a torcerse el resto de cosas que aunque no te importan tanto ayudan a que tu vida se convierta en un caos, son esas situaciones que no tienen explicación lógica pero que suceden siempre sin excepción. 

Visto desde fuera da la sensación que quién va cargada/o de energía negativa por la vida eres tú por lo que lo único que irradias es eso negatividad y es cuestión de tiempo, no mucho generalmente, que una vez que comienzan a suceder las malas cosas se produzca el temido efecto dominó y todo comience a caerse, a romperse o lo que sea que tenga que suceder para joderte un poco más tú ya de por sí jodida vida.

Hay que estar muy desesperado como para no ver otra salida a tus problemas que el acudir a que te pasen un montón de hierbajos por los hombros para limpiarte el aura, igual es mejor aunque sea más complicado, intentar sacar toda la negatividad contenida dentro intentando vislumbrar la parte positiva de la situación que vives, aunque sea complicado seguro que existe, porque todo tiene su parte positiva y es aquí cuando hay que sentarse a pensar, a vislumbrar un futuro un poco mejor para que las cosas se vayan enderezando solas pero no sirve tumbarse en el sofá a la espera, hay que ponerse en acción, coger las riendas de tu vida y encaminarla hacía donde quieres ir.

Pero llega un momento en el que ya estás cansado de hablar con técnicos que van reparando tu vida por dentro y por fuera, de soltar pasta a diestro y siniestro para que ordenen tu caótica existencia, es entonces cuando abres el buzón y te encuentras con un panfleto del  “Profesor Lamin” o cualquier otro “Gran vidente africano” que te asegura resolver todos tus problemas ya sean de amor, de retorno de seres queridos, de problemas de pareja, de obtener algo de suerte en la vida y en el trabajo o en los exámenes, de atracción de clientela, de impotencia sexual o de protección contra peligros y complejos psíquicos y morales y además de solucionarte todo te da un 100% de garantías de eficacia en tan sólo 7 días.

Adivinas quien ha pedido cita con el gran vidente africano???? no es que mi vida vaya del todo mal ni que vaya rompiendo todo a cada paso que doy pero Vanny, que es una gran apasionada de estos temas llamó por su cuenta a este "solucionador" de vidas para probar su capacidad.

Entramos en un pequeño habitáculo cargado de plumas, siniestras caras de madera  y toda serie de objetos colgados por las paredes, un pesado olor a incienso colapsa nuestro sentido del olfato, sentada en una silla de madera vieja e incómoda esperamos nuestro turno, la verdad es que no sabemos muy bien que pedirle, si más suerte o más amor, Mum quiere que nos arregle la lavadora que pierde agua en cada centrifugado, La Diva lo que quiere es arrasar allá por donde va y Vanny dice que puestos a pedir imposibles que nos conceda un par de días sin cámaras en la vida, la Vieja nos estira de la manga para que nos vayamos y yo me río de verme en esta situación.

Se abre una destartalada puerta y sale una mujer mayor doblada por la edad y por el peso de los problemas, se le ve en la cara la carga que lleva a cuestas pero sus ojos brillan con un atisbo de ilusión que desaparece en el momento en el que tiene que abrir la cartera para abonar la cuenta de los servicios prestados. 

Es mi turno, me levanto acatando las órdenes del Profesor Lamin que me indica con su mano que vaya donde está él. Me coloco delante de un tipo muy grande y muy negro vestido con una sotana blanca que le llega hasta los pies, no nos pregunta que queremos ni que nos preocupa, si acudimos por un tema sexual o sentimental, él se limita a coger unas ramas de olivo y a frotarnos con ella la espalda, las piernas y los brazos mientras canta algo inteligible. Mientras realiza el ritual pienso en el desconocido nexo de unión que puede existir entre áfrica y los olivos, entre los olivos y la fuga de mi lavadora. Le bastan apenas 10 minutos de cánticos insufribles y de "azotes" con la rama de olivo para solucionar mi vida y mandarme a caja para abonar los 50 euros.LLego a casa, no me encuentro mejor pero quizá se deba a mi negatividad, Mum pone la lavadora para probar pero sigue perdiendo agua en el centrifugado y nadie se ha dado la vuelta para mirar a la Diva camino a casa, de los dos días sin cámaras ni hablo así que haciendo el balance final de esta experiencia el resultado da perdidas :-50 euros.

Y es que cuando se está desesperado y no se ve la luz al final del túnel, es entonces cuando la mente humana comienza a jugarnos malas pasadas, cuando estamos cansados de luchar contracorriente es cuando nos agarramos a un clavo ardiendo o a un gran vidente africano, es en estas situaciones cuando tenemos que intentar mantener la cabeza despejada y dejarla que respire un poco de aire puro para que comience a pensar en soluciones viables y  no en conjuros oliveros - africanos.