Este hospital posiblemente sea una de las construcciones más bellas e impresionantes de todas aquellas que se han realizado a lo largo de la historia con fines médicos y curativos. Su construcción, en el año 1874 costó la friolera de 1,5 millones de dólares, que en aquella época era una cantidad considerable, y más todavía para construir un psiquiátrico. El artífice de éste y de otros sanatorios similares en estados unidos fue el Doctor Psiquiatra Thomas Kirkbride, cuya filosofía curativa se basaba en el bienestar de los internados, comenzando por un trato amable y lo más humano posible y rodeados de las mejores instalaciones posibles. Amplias y soleadas habitaciones, lugares comunes frescos y bellos, grandes jardines y espacios abiertos. En fin, que el edificio en sí mismo se convertía en parte del tratamiento para enfermos de todo tipo, depresivos y esquizofrénicos parecían mejorar con más rapidez en estos majestuosos edificios.
Pero este utópico tratamiento de Kirkbride para los enfermos mentales no duró demasiado por diferentes motivos. El principal era que no todos los médicos psiquiatras opinaban como él y se decantaban más por los métodos tradicionales de terapias de choque y de suministro de sustancias químicas para mantener a los enfermos a raya. Y en estos lugares, esos métodos comenzaron a implantarse, a principios del siglo XIX, se unió la gran crisis económica que hizo prácticamente imposible que estos enormes edificios y sus costosos mantenimientos pudiesen mantenerse, esto llevó a elevar el número de internados a cantidades no demasiado recomendadas y en algunos casos, los enfermos cuadruplicaban en número a la capacidad de los hospitales.
Y en ese punto comenzó el desastre, enfermos mentales de todo tipo mezclados y hacinados en pequeños espacios, malos tratos, medicaciones excesivas, lobotomías, camisas de fuerza, muertes… los enfermos, en lugar de mejorar de sus dolencias, veían sus locura llevada a los máximos extremos en estas cárceles góticas.
En los años sesenta, estas instituciones volvieron un poco a la normalidad convirtiéndose en psiquiátricos un poco más normalizados. El Danvers State Hospital, funcionó hasta el año 1992, donde los recortes presupuestarios acabaron por cerrar sus puertas. Muchos de los hospitales del plan Kirkbride corrieron la misma suerte, algunos se derribaron, como es el caso del Danvers, otros siguen en funcionamiento y algunos otros se han reconvertido para albergar otro tipo de ocupaciones.
Hoy en día, donde se levantó este magnífico edificio que fue inspiración de algunos relatos de Lovecraft, no hay más que apartamentos de lujo, apenas alguna fachada y algún que otro edificio periférico se han mantenido.
En el año 2001 se rodó allí la película “Session 9”, que pese a pasar por las taquillas con más pena que gloria, hizo que mucha gente peregrinara a las ruinas del viejo hospital. Haciendo que las autoridades lo tapiasen por completo para evitar accidentes no deseados. Como no, en los años de abandono de este lugar, surgieron muchas y diversas leyendas sobre fantasmas y apariciones espectrales de los enfermos que sufrieron e incluso murieron en este lugar, y mucho más a raíz de esta película en cuestión.
Sin duda, un edificio emblemático que pasará a la historia por su belleza y por su oscuro pasado, y donde los recuerdos de miles y miles de personas, la mayoría trágicos, pese a haberse derruido sus muros, quedarán en el ambiente y en los ecos de esa bella colina de Massachusetts.
Vía: abandonedbutnotforgotten, Tejiendo el mundo.