El pulpo alpinista

Publicado el 05 julio 2013 por Marynela


No es nada raro ir por la orilla del mar y ver un pulpo en las rocas, en el fondo arenoso, en la bolsa de un pescador o incluso muerto en la orilla, tampoco es raro verlos en los acuarios, en el mostrador de las pescaderías, en la zona de congelados de cualquier supermercado e incluso en un plato “a la gallega” (este es el que más me gusta), tampoco es raro verlo prediciendo partidos de futbol, pero......en lo alto de una montaña, a casi mil metros de altura, ¡no, eso sí que no!.
 Pues eso fue lo que le paso, a un grupo de trabajadores forestales, cuando sobre una roca, a 978 metros sobre el nivel del mar, en la cima del monte Scafell Pike en Cumbria en el Parque Natural del Distrito de los Lagos, en el noroeste de Inglaterra, vieron algo raro, algo que al principio pensaron que era un peluche, pero uno de ellos al acercarse, debió exclamar, según mi opinión, algo así como:
- ¡Ahí va la hostia, un pulpo!

Y era un pulpo fresco, eso sí, muy muerto, despanzurrado sobre la piedra. Nadie entiende como ha llegado hasta allí, aunque piensan que pude ser la broma de algún excursionista, porque hace un mes aproximadamente se encontraron a una trucha muerta, metida en una bolsa, también misteriosamente. El monte es un refugio de aves rapaces y se pensó, que por la cercanía al mar de Irlanda, fuera pescada por una de estas rapaces y se le cayera en el vuelo, de vuelta al nido.
Pero pensando con lógica aplastante, o de ave de presa, se dijeron: ¿Si se le hubiese caído a un ave, no habría, esta, descendido a recuperar su alimento?... Pues, si, seguramente sí.


Bueno sea como sea, el caso es que recogieron el pulpo, lo metieron en una bolsa de basura y lo tiraron a la ídem, lo que a mí me hace pensar, con mi lógica aplastante de “vieja del visillo”, que a lo mejor los bromistas han sido ellos, que se llevaron el pulpo, quizás adquirido en alguna pescadería, lo colocaron para la foto y le hicieron creer a todo el mundo que el pulpo, era un avezado alpinista, al que le fallaron las ventosas y se desparramó por la montaña, porque ya se sabe, hasta los más expertos montañeros, sufren accidentes mortales.