La verdad, a mí no se me hubiera ocurrido jamás. Porque en una start-up, todo el mundo lo sabe, uno hace de todo todo el rato. Así que imagino que el mismo que programa la web es quizá quién hace acopio de mierdas (con perdón), envuelve los cagarros y los envía. ¿Y de dónde los sacan? ¿Y cómo los recogen y conservan? ¿Huele el emprendedor en cuestión a caca todo el día, en plan "gajes del oficio" como es pescadero que huele todo el día a mar algo rancio?
Fuera bromas. Yo no sé si esta empresa funcionará bien o será una de tantas ideas que mueren por el camino por falta de esfuerzo, visión, agotamiento, falta de recursos o cualquier otra de las miles de razones por las fracasan las empresas. No sé cuántos pedidos de mierdas tienen al mes ni si les sale a cuenta el trabajo por los 9 a 15€ que vale enviarlas con dedicatoria anónima a quién escoja el comprador. Sé que las ideas (buenas, en principio) no son lo único que hace falta para el éxito; y sé que con esfuerzo (sin idea) puede que nos cansemos sin llegar a nada. Pero me parece que, como otras ideas emprendedoras que citaré a continuación sí han tenido sentido de la oportunidad uniendo varios factores:
- Internet y el bajo coste (relativo) que tiene respecto a montar negocios que requieren espacios físicos y personal para atenderlos. En principio, es suficiente con una buena web (y he dicho "buena"... ¡Que sea más barato no significa que sea gratis o amateur!)
- El poder viral de las redes sociales (que en este primer caso están empezando).
- Cuidar el diseño: la imagen lo es todo hoy día. No es lo mismo una mierda (con perdón) que una caca en una caja, envuelta y con lazo.
- Cuidar el mensaje: no se trata de comprar por comprar. Hay un fin, hay una declaración de intenciones, una filosofía.
Algunos ejemplos más...
- Bilibu, he aquí otros emprendedores con una buena idea: como ellos mismos se definen, "la plataforma online que conecta a dueños de perros con canguros de confianza para intercambiar servicios de alojamiento para perros asequibles y de confianza".
- Wallapop, la aplicación que facilita vender nuestros objetos de segunda mano -y que está funcionando a pesar de las muchas páginas tipo "Segunda Mano" que ya existían previamente-.
- ¿Conocéis la aplicación Cookboth que une cocineros de primer rango con cocinillas y crea recetarios virtuales fáciles y muy visuales con el móvil?
- ¿Y el merchandaising que con tanto cachondeo hacen en Superbritánico?
- ¿O esas mujeres que ante un mercado laboral poco amable con su nueva condición de madres salieron adelante con ideas que han dado lugar a tiendas como la de Mr. Wonderful o al recientemente inaugurada tienda del Club de las Malas Madres?
Internet es la oportunidad de los emprendedores
Muchos son los ejemplos que podríamos poner que están en diferentes fases de desarrollo y éxito. Pero lo esencial de toda esta reflexión que ha empezado con el descubrimiento de "Envía una mierda" me ha hecho pensar que:- Es impresionante como con la crisis se nos despierta la creatividad;
- Que la facilidad que pone Internet ante nosotros para crear nuevos negocios que cubran nuevas necesidades (o sus nuevas formas) es increíble y desde luego no deberíamos dejar de pensar NUNCA en clave 2.0;
- Y que, de algún modo, el que no emprende es, quizá, porque no tiene una idea como en los ejemplos, o porque le da miedo a llevarla a cabo o la minusvalora pensando que "bah, es una tontería". Porque me imagino que antes de lanzar "Envía una mierda" estuvieron un tiempo pensando si sería una pérdida de tiempo, porque... "Bah, es una tontería". Pero... "¿Y si...?" Ah, eso es lo importante, el "y si...", tener una idea con la que salir de la visión clásica de los negocios y de vida. Porque cuando nos planteamos emprender, ¿de verdad pensamos de un modo innovador, pensamos en aportar algo novedoso o aportar algo "de toda la vida" pero de un modo novedoso? Esa es la clave, una de ellas por lo menos.