El rapto de las mariposas. -Capitulo 1-

Publicado el 02 mayo 2012 por Marsanchez @MSanchez35

Su mirada tierna, serena, se perdía sobre la basta piel del mar.  Un viaje tranquilo no avistaba grandes emociones, desde que zarparon de la costa pacífica de la India.

Antonio se  sentía conquistado, atrapado por esas aguas, que lo arrullaban día y noche, conquistado  por el embrujo de aquellas tierras lejanas, sus aromas llegaban en el vinento.  Tierras fértiles en valentía, en amores sanos, en bastas familias, trenzadas por lazos profundos y muy antiguos.

Él escribía, con tinta sobre el papel, lo que aquel mar, escribía sobre su corazón.   Antonio, un capitán, joven, aparentemente sabio entre sus compañeros de viaje, quiénes se veían como hombres sedientos de poder, de codicia… sin temores, sin nada que ganar o que perder.   Todos, mayores que él.    A pesar de la diferencia de edades, le guardaban un profundo respeto.

El alba se ponía sobre el cielo, se divisaba el encuentro de una nueva tierra, cada espacio que mordían del continente, producto de una feroz hambre de conquista, se convertía en motivo de orgullo para ellos.

Antonio llevaba muchos años en el oficio de capitán, más que un oficio, para él era una forma de vida.   Su padre, como su abuelo, también fueron marinos, recordados por muchos.   Era una tradición familiar  vivir entre barcos y mares.

Llegarían a la tierra de Jortago, enviados por un importante comerciante de la India, llamado Surinder, quién vigilaba constantemente el avance de sus negocios allí.

Surinder quería tener nuevas  muestra de los productos elaborados en sus tiendas en Jortago,  aunque eso solo era una parte de la tarea encomendada por Surinder a sus marinos.

El reloj avistaba una de la mañana, faltando pocas millas para llegar a tierra firme, tranquilo, en su pequeña habitación, Antonio se proponía abrir la Bitácora, cuando alguien llamó a su puerta:

- !Capitán, Capitán, necesitamos que vea por todos los dioses, lo impensable!.